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OPINIÓN. Fraude rápido y comerciantes: cómo detener su próxima amenaza

Implementar una estrategia agresiva e integral para eliminar los riesgos asociados con el fraude y el comercio electrónico es una necesidad en un nuevo mercado con nuevas reglas, opina Tom Byrne.
jue 02 noviembre 2017 10:05 AM
fraude electrónico
Crecimiento acelerado El fraude rápido ha aumentado tan apresuradamente que muchos de los sistemas de fraude y pagos de los comerciantes no pueden mantener el ritmo. (Foto: serpeblu/Getty Images/iStockphoto)

Nota del editor: Tom Byrnes es Chief Marketing Officer de Vesta Corporation y lidera las operaciones de marketing, comunicación y desarrollo estratégico de negocio de la empresa. Es licenciado en Filosofía e Historia por el Antioch College. Las opiniones en esta columna son exclusivas de su autor.

(Expansión) – Los comerciantes tienen una oportunidad de ingresos notable mientras que los hábitos de gastos de los consumidores digitales siguen ascendiendo. En 2016, las ventas globales de comercio electrónico en retail alcanzaron los 1.915 trillones de dólares, lo cual representa el crecimiento de doble dígito esperado para 2020.

En México, varios factores están causando un crecimiento exponencial en cuanto al mercado del comercio electrónico. Jugadores globales y estadounidenses con presencia online como Amazon y Walmart ya están bien establecidos en el país; asimismo, con la creciente disponibilidad de tarjetas de débito, el porcentaje de la población que no cuenta con tarjetas de crédito ya puede hacer compras en línea. Cambios como estos han contribuido a que los consumidores mexicanos puedan sentirse más seguros en el entorno de pagos en línea.

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En ese sentido, se espera que las ventas en México en comercio electrónico alcancen los 27,000 millones de dólares este año. El crecimiento de este sector traerá nuevas oportunidades, pero también desafíos importantes para los comerciantes, como aprender a combatir el fraude en un entorno digital, sin dejar de atender las demandas de los consumidores. Ya que éstos buscan inmediatez al recibir bienes y servicios, hecho que presiona a los comerciantes al combatir el fraude a la vez que cumplen con las expectativas de sus clientes.

De acuerdo con un estudio de Javelin, en 2015, los fraudes de comercio electrónico costaron 32,000 millones de dólares a los distribuidores minoristas –más del doble que en 2014–. Por ello, esta nueva oportunidad de ingresos podría representar un arma de doble filo para los comerciantes, ya que al no ser parte del escenario de ventas electrónicas pierden la oportunidad de captar nuevos ingresos y su cuota de participación en el mercado como competidores ante demandas digitales. No obstante, si los comerciantes aprovechan este nuevo flujo de ingresos, se enfrentan a nuevas amenazas en cuanto a rentabilidad y se exponen a un riesgo extraordinario.

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Haciendo frente al fraude rápido: Una nueva estrategia para la actual era digital

Implementar una estrategia agresiva e integral para eliminar los riesgos asociados con el fraude y el comercio electrónico es una necesidad en un nuevo mercado con nuevas reglas. Los bienes digitales requieren sistemas que puedan procesar transacciones en tiempo real, mientras controlan los riesgos elevados de fraude, causados por la ejecución inmediata. Desafortunadamente, la mayoría de los comerciantes de bienes físicos no cuentan con estos sistemas, dejándolos vulnerables a riesgos, a pérdida de ingresos y a una mala experiencia del cliente.

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El costo de manejar el fraude en línea es a menudo subestimado, especialmente en el ámbito de las descargas digitales. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet, las descargas digitales y las entradas por tickets son dos de las tres transacciones de comercio electrónico más frecuentes en México, ya que éstas requieren de descarga o entrega inmediatas, dejando muy poco tiempo para que los comerciantes puedan detectar señales de fraude.

Al vender bienes físicos, los distribuidores minoristas que ofrecen envíos el mismo día, tienen la oportunidad de revisar una variedad de indicadores de fraude antes de completar sus órdenes. No obstante, pierden esta oportunidad con los productos digitales, dando paso a que los criminales aprovechen las debilidades en los sistemas de gestión de fraude.

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Como consecuencia de lo anterior, se cometen fraudes antes de que los comerciantes puedan darse cuenta de lo ocurrido. Este fenómeno es conocido como “fraude rápido”. El fraude rápido ha aumentado tan apresuradamente, que muchos de los sistemas de fraude y pagos de los comerciantes no pueden mantener el ritmo.

Solucionar este reto no es fácil. Enfrentarse a dicho fenómeno requiere de un equipo sofisticado de expertos, y de un sistema avanzado de análisis que opere en tiempo real. Para la mayoría de los distribuidores minoristas, la idea de contratar equipos de científicos de datos y tecnologías esotéricas de apoyo, como, por ejemplo, la tecnología de aprendizaje automático, es alejarse mucho de sus competencias básicas de vender y comercializar.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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