OPINIÓN: Un error, el plan de Trump para la Estación Espacial Internacional

Nota del editor: Leroy Chiao fue astronauta de la NASA. Durante sus 15 años de carrera tripuló cuatro misiones espaciales, viajó tres veces en el transbordador espacial y fue copiloto en un vuelo de la nave rusa Soyuz a la Estación Espacial Internacional. En esa ocasión fue comandante de la Expedición 10, una misión de seis meses y medio. Ha hecho seis caminatas espaciales, tanto con trajes estadounidenses como rusos, y en su bitácora tiene casi 230 días en el espacio. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — El gobierno de Donald Trump presentó una propuesta para regresar a la Luna… y cerrar la Estación Espacial Internacional (EEI) para costearlo. La primera parte de la idea es buena. La segunda es horrible. Si se lleva a cabo, podría significar el fin de las misiones tripuladas de la NASA en el futuro cercano.

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Aquí también hay un comodín: me refiero a los esfuerzos espaciales de empresas como SpaceX, de Elon Musk , y Blue Origin, de Jeff Bezos. Por primera vez, los líderes visionarios de empresas privadas buscan construir infraestructura espacial y crear programas de exploración con recursos procedentes de actividades comerciales. Sí, existe la posibilidad de que la NASA se alíe con ellos, pero en mi opinión, esa no es la cuestión urgente en este momento. La continuación de la EEI lo es.

Pensemos, para empezar, que la Estación Espacial Internacional o EEI es una parte esencial del programa de exploración espacial de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés). El desafío técnico más grande de enviar astronautas a misiones más lejanas y prolongadas es biomédico: ¿Cómo hacemos para que estén sanos? Necesitamos a la EEI para descubrirlo. La necesitamos como mesa de pruebas de ingeniería para aprender a construir sistemas de soporte de vida robustos y otros sistemas para viajes a sitios como Marte.

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Estados Unidos canceló el programa del transbordador espacial en 2011, cuando terminó de construirse la EEI. Cedimos para siempre un tesoro espacial. Además de la pérdida del prestigio y el orgullo, perdimos grandes capacidades operativas con el fin del programa del transbordador. No hemos podido volver a enviar astronautas al espacio por nuestra cuenta desde entonces.

nullEl transbordador podía llevar a siete astronautas y casi 27 toneladas de carga a una órbita terrestre baja. Ninguna de las naves espaciales que podrían construirse en los próximos años se acerca a esa capacidad. Ahora, si el gobierno estadounidense logra cancelar el programa de la EEI para 2025, nuestro futuro en el espacio sufrirá un revés aún mayor.

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A la EEI no le han faltado controversias ni críticas bien merecidas. Yo estaba haciendo un posgrado en 1984 cuando el entonces presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, hizo un llamado a construir una nueva estación espacial. Sabía que quería presentar mi solicitud para el programa de astronautas y esta fue una noticia emocionante. La idea era construir una estación de tamaño moderado con Europa, Japón y Canadá. Para cuando la NASA me aceptó y me presenté a trabajar en el Centro Espacial Johnson, habían expandido el programa de la estación espacial y le habían puesto el nombre Freedom (libertad).

Todo era un caos; unos años más tarde, cuando cancelaron Freedom, algunos empleados de la NASA empezaron a vender camisetas de la Estación Espacial Freedom con la leyenda: "10 años, 10,000 millones de dólares, y todo lo que obtuve fue esta mugrosa camiseta".

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Entonces, surgió una estación rediseñada, con el nombre tentativo de Alpha, y finalmente la construyeron: fue la EEI . Aunque esta estación nueva tuvo sus propios problemas, su desempeño ha sido magnífico. Construirla costó alrededor de 100,000 millones de dólares y su presupuesto anual de operación ronda los 4,000 millones de dólares , aunque esa cifra puede ser engañosa. Esto se debe a que en el presupuesto de la EEI hay muchas cosas que tienen que ver con la infraestructura de la NASA.

Cuando trabajé para la Comisión de Revisión de Planes de Vuelos Espaciales Tripulados de Estados Unidos, en 2008 y 2009, el transbordador espacial ya estaba destinado a la cancelación por órdenes del gobierno de George W. Bush. El gobierno de Barack Obama accedió a continuar con la cancelación del transbordador y usar el ahorro esperado para financiar un programa de exploración más allá de la órbita terrestre baja.

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Sin embargo, como el costo del programa del transbordador —alrededor de 4,000 millones de dólares al año— incluía gastos constantes en infraestructura como el Centro Espacial Kennedy, los ahorros reales en realidad representaban más o menos la mitad del presupuesto del programa .

nullYo fui parte de la minoría de la comisión que propuso mantener al transbordador en operaciones al menos hasta 2025. Reconocimos que si perdíamos el transbordador, los ahorros no serían tantos, ciertamente insuficientes para financiar un programa de exploración. Desafortunadamente, el gobierno de Obama no escogió esta opción. Nueve años después, henos aquí: sin programa de transbordador, con el programa de desarrollo de los cohetes Orion y SLS bajo inmensa presión , y sin una misión real para ir a alguna parte. Afortunadamente, hemos seguido operando la EEI con cohetes y aeronaves rusas desde hace más o menos seis años.

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¿Y si privatizamos la EEI? Casi no vale la pena mencionarlo. La EEI se diseñó para funcionar con dos grandes centros de control de misión, en Houston y en Moscú. Cada uno exige un ejército de ingenieros y técnicos trabajando las 24 horas para vigilar y dar órdenes a la estación. Los costos estimados del lanzamiento de una nave espacial a la EEI varían, pero ciertamente están en el rango de los 100 millones de dólares o más. Ni siquiera hablemos de los costos de mantenimiento. Mírenme a los ojos y díganme cómo es que una entidad comercial va a ganar dinero operando la EEI.

La propuesta del gobierno de Trump de cancelar la EEI y destinar los ahorros a la Luna es un déjà vu. Los ahorros reales serán de alrededor del 50% del costo de la EEI y lo más probable es que terminemos con un programa lunar con financiación insuficiente, como ha sido el caso desde hace nueve años… y sin EEI.

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Este camino probablemente nos lleve a una nave espacial y un cohete austeros y a quedarnos sin recursos para ir a ninguna parte. A menos, claro, que decidamos enviar astronautas estadounidenses en naves espaciales chinas a la próxima estación espacial china. Esta sería una farsa nacional. Lo que necesitamos es un verdadero compromiso para mantener el liderazgo de Estados Unidos en los vuelos espaciales tripulados.

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Primero, deberíamos seguir respaldando a la EEI y, si podemos costearlo, financiar un programa de exploración lunar que nos lleve a un programa internacional para ir a Marte. No sacrifiquemos la EEI para seguir financiando a medias las exploraciones futuras. No cedamos el liderazgo de Estados Unidos en el espacio, con lo que nos arriesgaríamos a seguir el mismo camino que otros países que alguna vez fueron grandes.

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