OPINIÓN: Es hora de que Jared e Ivanka sigan el ejemplo de Hope Hicks y se vayan

Al igual que Ivanka Trump y Jared Kushner, la ahora exdirectora de comunicaciones de la Casa Blanca estaba poco preparada para el cargo, opina Michael D'Antonio.
Jared Kushner e Ivanka Trump Tras más de un año de servicio en la Casa Blanca, la hija y el yerno de Donald Trump duraron más que varios asesores de alto perfil. (Foto: JONATHAN ERNST/REUTERS)

Nota del editor: Michael D'Antonio es autor del libro Never Enough: Donald Trump and the Pursuit of Success (editorial St. Martin's Press). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(CNN) — Tal vez sea hora de que Jared Kushner e Ivanka Trump sigan el ejemplo de Hope Hicks y se vayan a casa, a Nueva York.

Tras más de un año de servicio en la Casa Blanca, la hija y el yerno de Donald Trump duraron más que varios asesores de alto perfil, tales como Steve Bannon, Reince Preibus, Sebastian Gorka y Sean Spicer. Incluso podrían consolarse con la idea aparentemente inquebrantable (habrá quien diga "ilógica") de que sirvieron al presidente y al país mejor que ninguno de los que se han ido.

Sin embargo, como Ivanka Trump está

con el jefe de gabinete, John Kelly, y Kushner está bajo fuego por todo, desde las hasta los préstamos que sus empresas supuestamente recibieron tras unas reuniones en la Casa Blanca, parece que ambos están en más problemas de lo que valen. Deberían pensar en seguir el ejemplo de , quien dejó hace poco el cargo de directora de comunicaciones de la Casa Blanca.

Al igual que Ivanka Trump y Jared Kushner, Hicks estaba poco preparada para su cargo. Su experiencia relevante, antes de la campaña, era como empleada de la empresa de moda de Ivanka. Hay que reconocerle que creció en su trabajo en la campaña y en la Casa Blanca y que, al menos hasta que

, a finales de febrero, obedeció la primera regla del Club Trump: no hacerle mala publicidad al jefe.

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que este increpó a Hicks por su declaración y dijo que ella era "su última muleta emocional". Entre ese reporte y los insultos y las humillaciones de Trump al fiscal general Jeff Sessions y a los republicanos del Congreso, nadie se sorprende de que haya quien se pregunte por qué alguien querría trabajar en la Casa Blanca.

Durante gran parte de su participación, Hicks se benefició de que Trump confiara en ella como si fuera su hija aunque no estuviera emparentada con él. Esto significaba que al menos no había estado sujeta al "estilo Trump" desde la niñez. A diferencia de Ivanka, Hicks no tuvo que lidiar con

El mejor sexo que he tenido en la vida, titular del New York Post que acompañaba a una foto de su padre, quien relató sus hazañas con su entonces amante y luego esposa, Marla Maples.

Seguramente para Ivanka no es fácil —ni siquiera ya de adulta, durante la campaña presidencial de 2016 y el primer año de la presidencia de Trump— soportar la cobertura total de los escándalos de su padre. Ha sido incesante: la cinta de Access Hollywood, las

, y las presuntas relaciones con una y una .

Es indudable que ella pensaba en esta serie de escándalos, que ninguna hija tendría por qué soportar, cuando un entrevistador le preguntó recientemente sobre las acusaciones de mala conducta sexual en contra de su padre. Ella

, pero como estaba consciente de sus deberes, ofreció una declaración en apoyo de su padre. "Le creo. Conozco a mi padre. Creo que como hija, tengo derecho a creerle a mi padre".

Habría que tener el corazón duro para no sentir empatía por el predicamento en el que Ivanka se encuentra. Solo una mente deliberadamente resistente omitiría el hecho de que ella se lo buscó al aceptar un cargo en la Casa Blanca para el que no estaba nada preparada. Si hubiera sido tan solo su hija, habría sido más fácil aceptar su indignación. Sin embargo, por alguna razón creyó que estaba cualificada para aceptar el cargo de asesora del presidente, pese a que no tenía experiencia relevante. Como tal, tendría que tener una respuesta mejor que "conozco a mi padre".

Aquí, la pregunta que hay que hacer es: ¿qué ha obtenido Estados Unidos del servicio de Ivanka Trump en el gobierno de Trump, particularmente las mujeres y los niños de quienes se dice defensora? Poco o nada.

Además de algunos tropiezos con líderes extranjeros y algunas declaraciones imprecisas sobre cuestiones que conciernen a las mujeres y a la familia, ha mantenido un perfil bajo. Últimamente ha tenido poco impacto, salvo por su viaje a las Olimpiadas en Corea del Sur, en donde le hicieron la pregunta inadecuada.

Pese a todo el misterio que rodea a la pregunta de qué es lo que hace realmente en la Casa Blanca, Ivanka Trump es menos lastre que su esposo,

. Kushner llegó a la presidencia desde el principio y le dieron demasiadas tareas, tales como lidiar con China y Medio Oriente. El FBI nunca le dio acceso total a información reservada. Este problema, aunado a otros más, lo puso en conflicto con Kelly, quien presionó hasta que se tomó la decisión de negarle el acceso a los secretos más delicados del gobierno estadounidense.

El problema actual de Kushner gira, como desde hace mucho, alrededor del negocio inmobiliario de su familia. Ya de adulto

una fortuna enorme, con contactos en las esferas más altas de los negocios y la sociedad.

nullAhora,

, parece que unos inversionistas visitaron la Casa Blanca y luego destinaron cientos de millones de dólares a proyectos de Kushner. Según el Times, luego de que un magnate de los fondos privados de Apollo Global Management y un alto ejecutivo de Citigroup visitaran por separado la Casa Blanca, sus empresas le prestaron a las Empresas Kushner un total de 500 millones de dólares.

Se dice que Joshua Harris, de Apollo, habló con Kushner de un posible cargo en el gobierno, el cual nunca se materializó. Un portavoz de Harris dijo que no tuvo nada que ver en la decisión de otorgar el préstamo, mientras que una vocera de Citigroup dijo que su relación con las empresas de Kushner no tenía nada que ver con el trabajo de Kushner en la Casa Blanca, según reportes del Times. Según el diario, un representante del abogado de Kushner dijo que este no había participado en "ningún negocio, préstamo o proyecto con o para" las Empresas Kushner desde que se incorporó a la Casa Blanca.

Si pensamos en

, quien ha ignorado los precedentes al mantener sus lazos con sus intereses empresariales (y sus ganancias), la pésima decisión que Kushner tomó al aceptar (y posiblemente explotar) su cargo parece lo mismo de siempre. Tal vez sea normal para los Trump y para otros que creen que dictan sus propias reglas, pero no para quienes creen que trabajar en la Casa Blanca implica un mínimo de vocación de servicio cívico.

Todo esto deja a Estados Unidos en una situación en la que una joven como Hope Hicks, que está apenas cualificada para el cargo que ostentó en la Casa Blanca, pone un ejemplo de servicio público con su renuncia.

La puerta sigue en donde siempre, esperando a que otros (que nunca debieron haber entrado en la Casa Blanca, para empezar) la crucen. Ha llegado la hora de que Jared Kushner e Ivanka Trump la crucen y regresen a la vida a la que debieron haberse aferrado desde un principio.