OPINIÓN: ¿El índice de aprobación de Trump predice su reelección en 2020?
Nota del editor: Julian Zelizer es profesor de Historia y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton. Editó el libro The Presidency of Barack Obama: A First Historical Assessment. También es conductor del podcast Politics & Polls. Síguelo en Twitter como @julianzelizer . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) — Cuando Donald Trump, presidente de Estados Unidos, hace cosas inimaginables como separar a unos niñitos de su familia para demostrar que está dispuesto a ser duro en el tema de las fronteras, los demócratas sienten una inclinación natural a predecir que finalmente llegó demasiado lejos. Finalmente vertió la gota que derramó el vaso, le ha dado al país una razón para creer que no es apto para ser presidente.
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Pero antes de que los demócratas asuman que la crisis en la frontera hará caer a este presidente, les convendría echarle un vistazo a las cifras de una encuesta reciente de Gallup . Pese a todo lo que ha pasado a lo largo de un año y medio, los resultados indican que Trump no es tan débil como esperan algunos de sus oponentes. A mediados de junio, el índice de aprobación de su desempeño fue de 45% en promedio, lo más alto desde la primera semana de su presidencia. Esta semana, bajó levemente a 41%.
De hecho, los índices de aprobación de su desempeño se han mantenido en alrededor del 40% desde mediados de abril, cuando las tasas de desempleo cayeron a mínimos históricos . Igualmente notable es la composición política de estos índices: la aprobación es del 38% entre los independientes y del 87% entre los republicanos. Si se agregara una curva a estas cifras, quedaría claro que fuera del Partido Demócrata, sus índices de aprobación se mantienen firmes.
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Su aprobación es similar a la de Jimmy Carter (42%), Ronald Reagan (44%), Bill Clinton (44%) y Barack Obama (47%) en junio de su segundo año. La buena noticia para los demócratas es que todos ellos vivieron elecciones intermedias complicadas. En 1978, la coalición conservadora de republicanos y demócratas del sur mermó la mayoría política de Carter y surgieron agitadores como Newt Gingrich, de Georgia, decididos a darle problemas al presidente.
Cuatro años después, Reagan se lamentaba mientras los demócratas incrementaban su mayoría en la Cámara de Representantes por 26 escaños y los demócratas liberales ganaron la mayoría de los puestos. En el caso de Clinton, los republicanos recuperaron el control del Congreso en 1994 y Obama vio cómo los republicanos recuperaron la Cámara de Representantes en 2010. Esto no augura nada bueno para los republicanos en 2018, quienes seguramente tendrán unas elecciones intermedias complicadas.
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Sin embargo, el panorama para 2020, que es el que le interesa realmente a Trump (recordemos que no le interesa particularmente el proceso legislativo) es un poco más alentador. Aunque Carter solo fue presidente un periodo, Reagan, Clinton y Obama se reeligieron y terminaron su presidencia con buenos índices de aprobación. Son presidentes a los que gran parte de la opinión pública considera exitosos e incluso transformadores.
Los índices de aprobación de Trump surgen de varios factores. Como la tasa de desempleo en mayo fue del 3.8% , todos los integrantes de la administración se sentirán muy bien si resulta que los electores escogen a sus presidentes con base en la salud de sus bolsillos.
La situación del mercado accionario en general tampoco perjudica. Pese a todas las muestras de impaciencia y fastidio, además de la declaración ocasional de un republicano que dice que las cosas no andan bien en Washington, las cifras revelan que el apoyo de su partido sigue siendo sólido.
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Por eso son pocos los políticos republicanos que se desmarcan de Trump y de sus decisiones y cada vez son más lo que aceptan su forma de liderazgo. Pese a todas las historias horribles de niños detenidos en lugares parecidos a bodegas, una buena parte de la opinión pública respalda a Trump.
El mensaje para los demócratas debería ser claro. La batalla política que se librará en los próximos meses será feroz. El partido tiene que organizar una movilización electoral impresionante, proponer candidatos emocionantes e ideas geniales, planear una estrategia de campaña de primera y una estrategia de recaudación sólida, además de un plan sofisticado de prensa si quieren lograr lo único que seguramente pondrá fin a la era Trump: derrotarlo en las elecciones de 2020. Las nuevas cifras de Gallup indican que este objetivo no será fácil de alcanzar.
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