OPINIÓN: ¿Hasta dónde puedes llegar solo en tu emprendimiento?

Nota del editor: Jorge González Gasque está detrás de la consultora G2 Consultores, y los fondos de inversión G2 Momentum Capital y On Ventures. Programador desde los 13 años, consolidó su carrera creando software especializado para empresas. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(Expansión) — Ahora que emprender es finalmente una ocupación aceptable y un buen modo de ganarse la vida y ser aceptado en la comunidad (ya era tiempo), mucha gente está brincando al ecosistema emprendedor, tratando de crear negocios con ideas frescas y muchas ganas.

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Muchas veces, el emprendedor es una figura solitaria que se lanza al ruedo armado de su idea, un poco de capital y mucha pasión por el negocio. En otras ocasiones, grupos de amigos, camaradas de tertulias, compañeros universitarios y hasta primos y hermanos se unen en la tarea de construir un negocio.

La forma tan casual en la que se crean estos grupos -se distribuyen responsabilidades, se reparten participaciones accionarias y se arrancan los proyectos de emprendimiento-, muchas veces termina siendo el mayor dolor de cabeza de los emprendedores.

Cuando las cosas no salen bien, no es fácil sacar al socio que no hace nada o tratar de comprar la parte del fundador que se aburrió del proyecto y se consiguió un empleo.

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He visto a equipos de fundadores en donde uno de ellos es parte del grupo y tiene acciones, solamente porque fue a la cena donde crearon la compañía. ¿qué pueden esperar esos fundadores acerca de la solidez del equipo en el mediano plazo? No mucho, lamentablemente.

Pero enfoquémonos en las habilidades del emprendedor, o del equipo emprendedor. No es tan común que los grupos que construyen startups están formados por gente con habilidades complementarias. A veces sucede que alguno de los fundadores es bueno para las ventas y el otro es bueno para el código y el otro puede llevar los números.

Ese es un buen escenario, pero lo más común es que se junten tres amigos buenos para el código o tres amigos abogados o tres amigos administradores, dando como resultado que el conjunto de habilidades del grupo no es mucho mayor al de un individuo.

La importancia del equipo

Lo primero que debemos entender es que el equipo es el factor más importante del éxito de un emprendimiento. Como inversionista, siempre será preferible tener un equipo excelente con una idea promedio, que tener una gran idea con un equipo mediocre.

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Lo segundo generalmente conduce a una gran decepción, mientras que un buen equipo sabrá sortear los problemas, pivotear si es necesario y hacer los ajustes para llevar el proyecto a buen término.

Tratándose de emprendimientos con un solo fundador, los inversionistas tienden a ser escépticos y percibirán un riesgo mayor en una startup así. No solo es más vulnerable el emprendimiento, porque al fundador le puede pasar algo, sino que es muy poco creíble que el conjunto de habilidades del emprendedor alcance para toda la variedad de tareas y retos que va a enfrentar.

Escala tu equipo

Cuando ha llegado el momento de crecer el equipo hay que hacerlo con inteligencia, reclutando despacio y cuidando que la o las personas hagan el match necesario con el proyecto. Si es necesario usar acciones de la compañía para adquirir ese talento, es necesario considerar las condiciones de otorgamiento (vesting) y también las opciones de salida, para el caso de que las cosas no funcionen.

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Lo más importante es conseguir las habilidades que el negocio necesita. Mi recomendación es que, a partir de tu Business Model Canvas, analices con detenimiento el recuadro de “Actividades Clave”: esas actividades que tu negocio tiene que hacer bien para ser exitoso.

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Prioriza las actividades y después identifica aquellas en las que necesitas más ayuda. Es decir, posiblemente no seas el mejor calificado para desarrollar; ahí donde necesites complementación y sea una actividad clave es donde debes incorporar gente a tu equipo cuanto antes.

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