OPINIÓN: ¿Una oportunidad para la movilidad eléctrica en México?
Nota del editor: Aleithya Morales ( @aleithya_md ) , especialista en política energética de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas. Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.
(Expansión) – El pasado 8 de diciembre el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el Programa Nacional de Electricidad, en el cual destaca el impulso a las plantas hidroeléctricas en el país.
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Esta noticia, acompañada con la estrategia de fortalecer a la CFE, ha generado un respiro al tener noticias sobre el impulso de las energías renovables y al mismo tiempo, incertidumbre sobre el futuro del mercado eléctrico con la noticia principal de la suspensión de las subastas de largo plazo.
Contexto nacional de las energías renovables
Además de la autosuficiencia energética, la cual se presentó como el objetivo principal de este Programa, en el panorama eléctrico existen otros retos. Uno de ellos es la reducida participación de las fuentes renovables en la matriz energética. En el Reporte de Avance de Energías Limpias, del primer semestre de 2018, se muestra que las energías limpias tuvieron una participación de 24.12%, de las cuales 17.19% fueron exclusivamente renovables.
Dentro de este rubro, la participación de las hidroeléctricas fue la de mayor porcentaje con 10.31%; en contraste, la energía fotovoltaica (0.72%) y eólica (3.63%) aún siguen siendo muy bajas en comparación con su potencial.
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Por otro lado, los combustibles fósiles dominan con un 75.88%, siendo un gran obstáculo para cumplir con las metas de participación de las energías limpias. Las metas marcan que para 2024 la generación eléctrica tenga un 35% de participación de energías limpias, para el 2030 un 37.7% y 50% para 2050.
Sin duda, poner sobre la mesa los retos en el tema de electricidad es necesario, no solo por la parte climática sino también por los pronósticos de crecimiento económico y la transformación de sectores como el transporte, los cuales impactarán la demanda en el futuro.
La Agencia Internacional de Energía ha estimado que la demanda energética en México tiene un potencial de crecer en los próximos años, principalmente debido a que el consumo per cápita se encuentra por debajo del promedio de la OCDE.
Transporte, el principal sector de consumo de energía en México
El principal sector de consumo de energía en el país es el transporte, el cual es altamente dependiente a combustibles contaminantes como las gasolinas y el diésel.
Por esta razón, el país necesita transitar a un transporte más limpio, principalmente en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, las ciudades donde la contaminación del aire rebasa los límites de concentración de partículas de la Organización Mundial de la Salud.
Una de las opciones para atacar este problema es impulsar el transporte eléctrico, tanto público como privado. El número de vehículos en México ha aumentado rápidamente, de 14 millones creció a 30 millones del año 2000 al 2016. Si esta tendencia sigue, en un escenario en el que no se incentive el cambio del modelo tradicional, la demanda por gasolinas irá a la alza al mismo tiempo que la calidad de vida y la salud de los mexicanos irá en sentido contrario.
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Por lo anterior, se requiere hablar de la oportunidad para acompañar el Programa Nacional de Electricidad con el impulso a los vehículos eléctricos. En el reporte denominado Global Electric Vehicle Outlook 2018 se menciona que las ventas de vehículos eléctricos se incrementaron a nivel internacional en 54% del 2016 al 2017.
Esta tendencia de cambio tecnológico se presenta principalmente en la República Popular de China, donde la transformación ha sido acelerada, como respuesta ante el problema de la mala calidad del aire.
Es así que en el tema de electricidad, México tiene grandes oportunidades. No solo en la generación sino también en el consumo de electricidad. Los vehículos eléctricos, tanto públicos como privados, necesitan tener un mayor protagonismo.
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En el Plan de Movilidad presentado por el nuevo gobierno de la Ciudad de México se menciona que el Sistema de Transportes Eléctricos está en crisis, debido a que gran parte de los trolebuses tienen más de 20 años en servicio y sólo 63% de estas unidades están activas. Además, el documento menciona que el 27% de la flota de autobuses RTP “se encuentra fuera de operación”.
El reto para el gobierno federal y los gobiernos locales será alinear esfuerzos en la política energética y de movilidad, no solo para poder garantizar la autosuficiencia energética, sino también para transformar el modelo tradicional de transporte público y privado.
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La mala calidad del aire como consecuencia de un transporte mayormente basado en combustibles fósiles es el principal factor de riesgo ambiental de mortalidad en México. No es un tema menor, y por ello, la agenda pública debería impulsar un plan de alcance nacional que permita integrar la electricidad de fuentes sustentables en la vida diaria de la población en México.
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