OPINIÓN: Las imágenes que vimos en la Marcha de las Mujeres en EU

Nota del editor: Liza Donnelly es una caricaturista galardonada de la revista The New Yorker. Su libro Women On Men fue finalista para el premio Thurber para el Humor Estadounidense. Su relato Funny Ladies: The New Yorker's Women Cartoonists and Their Cartoons se considera recurso para historiadores. Ha sido curadora y participante de varias exposiciones en todo el mundo y es presidenta de la Asociación Estadounidense de Caricaturistas Editorialistas. Síguela como @LizaDonnelly. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) - La Marcha de las Mujeres 2019 -que se llevó a cabo en Washington- pareció una fiesta con propósito. Tomé el tren desde Nueva York para dibujar los acontecimientos en vivo. Es la tercera marcha que he dibujado en los pasados tres años.

Lo que atestigüé fue un grupo de asistentes apasionados con muchas razones distintas para estar ahí: crear camaradería, expresar su ira, entrar en acción y para la reconciliación. Todos estos objetivos se relacionaban de una u otra forma con el tema de la igualdad.

Sin embargo, el verdadero tema quedó claro desde muy temprano, cuando en los altavoces sonaba Respect, de Aretha Franklin. La multitud empezó a bailar y a cantar. Al parecer, sería el himno del día. Todos los presentes buscaban respeto para las mujeres.

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La fiesta también fue amistosa. Cuando tuve que abrirme paso por una zona muy concurrida (cosa que ocurrió varias veces), la respuesta que recibí fue un "Oh, disculpa". Después de todo, la concurrencia se componía mayormente de mujeres.

Pese a todo, el buen ánimo estuvo salpicado de elementos de furia: algunos de los letreros eran tan vulgares que me preocupé por los pocos niños que vi entre el público. También predominaba un tono de "¡Enfurécete! ¡Ya basta de portarse bien! ¡No esperemos que nos den lo que queremos!".

Algunos letreros hacían referencia a la polémica que ha rodeado a esta marcha en meses recientes, a la necesidad de trabajar juntos, como coalición de razas, religiones, preferencias sexuales e identidades de género. Fui testigo del cariño, de la preocupación y de la sensación de que es urgente que nos amemos unos a otros. Con pasión, seriedad y humor se hizo frente a los desafíos de este movimiento.

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Vi menos gorras rosadas, pero muchos más letreros que en años anteriores (y al parecer, eran menos cómicos), como si la gente tuviera la necesidad de que la oyeran y la vieran. No bastaba con solo asistir a la marcha.

Tras pasar el día dibujando a la gente, los letreros y a los oradores, sentí que estaba siendo testigo de algo más grande que una asamblea en Washington, una de las muchas marchas que se organizaron en todo el mundo.

Está claro que la Marcha de las Mujeres es tanto un movimiento mundial como local. En cada ciudad del mundo, los activistas trabajan en sus comunidades para conseguir igualdad y respeto para las mujeres.

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