OPINIÓN: Dinero llama dinero
Nota del editor: Jorge González Gasque está detrás de la consultora G2 Consultores, y los fondos de inversión G2 Momentum Capital y On Ventures. Programador desde los 13 años, consolidó su carrera creando software especializado para empresas. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
(Expansión) - Si estás atento a las noticias que emanan de Silicon Valley, puedes observar que cada semana se cierran rondas de fondeo millonarias para todo tipo de emprendimientos de alto impacto. El adagio de “dinero llama dinero” es más válido ahí que en ningún otro lugar, dado que construyen negocios impresionantes que pueden estar en pérdidas por muchos años, los que sean necesarios para alcanzar la madurez y la rentabilidad que al final terminan teniendo.
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Empresas muy importantes han sido financiadas por capital de riesgo y están cambiando la industria gracias a estas grandes pilas de dinero que han logrado levantar. WeWork, Uber, Airbnb son ejemplos de compañías que han levantado miles de millones de dólares para desarrollar sus negocios. WeWork -ahora rebautizada como The We Company- (12.8 mil millones de dólares), Uber (24.2 mil millones) y AirBnb (4.4 mil milllones) han sido financiadas individualmente con más dinero que el total de lo que se ha invertido en los 118 fondos de Venture Capital que operan en México, según la AMEXCAP.
Esto último es lo que realmente me preocupa. Como participante activo del ecosistema emprendedor mexicano, he visto de primera mano que, en términos de talento y capacidad de emprender, innovación y creatividad, operación y atención a los detalles, nuestro sistema produce excelentes startups, tan buenas como cualquiera de cualquier parte del mundo. Sin embargo, los montos de capital que alcanzarán a recabar son una pequeña fracción de lo que conseguirían en Estados Unidos. Así que, a todos sus talentos y capacidades, los emprendedores mexicanos tienen que sumar el de poder hacer más con menos.
En nuestro país la inversión en startups tuvo un pico en 2016 y ha venido cayendo desde entonces, a pesar de las brillantes historias de éxito que empiezan a aparecer. En ese pico tuvo mucho que ver el INADEM, al que le fueron recortando las alas presupuestales poco a poco y que, al final, la llamada cuarta transformación encontró desechable. El instituto incentivó en su momento la creación de fondos y la inversión en empresas de alto impacto.
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Quizá ese hueco lo vengan a llenar los extranjeros. Fondos como Softbank, Sequoia y Accel están viendo con interés las empresas de la región latinoamericana. Vienen armados con buena metralla: Softbank, por ejemplo, anunció un fondo de 5 mil millones de dólares para invertir en la región.
Por eso, hay que insistir en la inversión y hay que hacerlo en todos los frentes. Si tú tienes algo de dinero, investiga acerca de la inversión ángel antes de comprar otro departamento o ampliar tu pagaré bancario. Si la empresa en la que laboras no está haciendo inversiones en startups (Corporate VC), quizá estén perdiendo grandes oportunidades. Si tu familia tiene mucho dinero, quizá haya que estructurar un family office y poner una buena porción en Venture Capital. Si trabajas en una AFORE y se siguen resistiendo al tema de capital emprendedor, es hora de cambiar.
Si los mexicanos no crean un ecosistema de inversión sólido, las empresas van a ser débiles o van a tener que acudir, como de hecho lo están haciendo y en grandes cantidades, al capital extranjero.
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En Silicon Valley, cada semana alguna de estas grandes empresas se eleva al rango de “unicornio”, en México no pasa esto, estamos muy lejos; sin embargo, es un camino que todos como país debemos estar dispuestos a recorrer, ya que de ello depende que el futuro del sector emprendedor de nuestro país tenga un real avance que beneficie a la economía nacional y de todos.
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