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La horrible situación de niños migrantes en la frontera

Los niños no deberían pasar más de unas cuantas horas en prisiones de corta estancia para que los procesen, opinan Clara Long y Nicole Austin-Hillery.
mié 26 junio 2019 09:00 AM

(CNN) — Una niña de 14 años nos contó que estaba cuidando a una niña de cuatro años a la que habían metido en su celda y que venía sola.

"La llevo al baño, le doy mi comida extra si tiene hambre y le digo a la gente que la dejen en paz cuando la están molestando", dijo.

Ella era una de los niños con los que hablamos la semana pasada, como parte del equipo de abogados y médicos que supervisan las condiciones de los niños en los centros fronterizos de Estados Unidos. Desde entonces, hemos emitido alertas urgentes sobre las circunstancias devastadoras y abusivas que encontramos.

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La administración de Trump afirma que necesita más centros de detención para resolver el problema; sin embargo, los legisladores y la opinión pública no deben dejarse engañar.

La situación que encontramos es inaceptable. La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos está reteniendo a muchos niños, incluso algunos que son demasiado pequeños para valerse por sí mismos, en centros fronterizos parecidos a prisiones durante varias semanas, sin contacto con sus familiares ni acceso a una ducha, a ropa limpia, a cepillos de dientes o a camas adecuadas.

Muchos están enfermos. Muchos niños, de incluso dos o tres años, quedaron separados de sus cuidadores adultos sin provisiones para su cuidado, fuera de los niños mayores con los que no están relacionados y que también están bajo custodia.

Hablamos con un niño de 11 años que está cuidando a su hermano menor. Ambos se valen por sí mismos en una celda que contiene a montones de niños más. El más pequeño estaba muy callado; su cabello estaba opaco, tenía una tos intensa, los pantalones enlodados y se le cerraban los ojos por el cansancio.

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Mientras los entrevistábamos, el pequeño se quedó dormido en dos sillas de oficina pegadas, probablemente la cama más cómoda que había usado en semanas. Los separaron de su tío de 18 años y los enviaron a la estación de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas. Cuando los conocimos, ya llevaban ahí tres semanas.

"A veces, cuando preguntamos, nos dicen que estaremos aquí varios meses", dijo un niño de 14 años que también llevaba tres semanas en Clint.

(Actualización: El 24 de junio, la Oficina de Reubicación de Refugiados señaló que había encontrado espacio en su red de albergues infantiles y centros de detención para 249 de los niños que estaban en la estación de la Patrulla Fronteriza que visitamos en Clint, Texas, y que transferirían a esos niños a más tardar el martes, 24 de junio. Es probable que muchos niños más sigan bajo custodia de la Patrulla Fronteriza a lo largo de la frontera).

Algunos de los niños con los que hablamos duermen en pisos de concreto y comen la misma comida desagradable y poco saludable durante casi un mes: avena instantánea, sopa instantánea y un burrito congelado previamente. Los niños no deberían pasar más de unas cuantas horas en prisiones de corta estancia para que los procesen y las leyes estadounidenses limitan su detención a 72 horas en circunstancias típicas.

OPINIÓN: La verdadera crisis fronteriza no es la que Trump siempre menciona

El gobierno no ha ofrecido disculpas por estas condiciones. Sarah Fabian, abogada del Departamento de Justicia, dijo a los jueces del Noveno Circuito , a mediados de junio, que la obligación del gobierno de brindar condiciones "seguras e higiénicas" a los niños migrantes no contempla proporcionarles a los niños artículos de higiene como jabón o cepillos de dientes y que puede tenerlos durmiendo en pisos de concreto en celdas frías y saturadas.

A finales de mayo, el director interino de Seguridad Interior, Kevin McAleenan, dijo a los reporteros que la dependencia tenía a 2,350 menores sin acompañar bajo su custodia en espera de colocarlos en centros de detención y albergues de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR). La administración de Trump quiere más dinero para construir más centros de detención infantil para contener a aún más niños con el argumento de que están llegando cada vez más a la frontera y ha urgido al Congreso a aprobar la solicitud de recursos del presupuesto complementario del Departamento de Seguridad Interior (DHS) para este fin.

Sin embargo, esto disfraza el hecho de que hay más niños bajo custodia de las autoridades migratorias porque a lo largo de los años pasados, el gobierno redujo el ritmo al que reunifica a los niños con sus familiares . El gobierno ha pretendido usar a los niños que están en instalaciones de la ORR como carnada para arrestar y deportar a sus familiares cuando lleguen a cuidarlos , según un informe de los grupos activistas The Women's Refugee Commission y el National Immigrant Justice Center.

Con base en nuestras entrevistas, parece que las autoridades en la frontera no están haciendo ningún esfuerzo para entregar a los niños a sus cuidadores (en muchos casos, alguno de los padres está en Estados Unidos) y más bien los retienen durante varias semanas en celdas saturadas en la frontera, incomunicados de sus seres queridos desesperados. Al retenerlos y luego transferirlos a los centros de la ORR, el gobierno está usando a los niños como peones en el combate a la inmigración ilegal .

Una niña de segundo año a la que entrevistamos entró a la sala en silencio, pero rompió en llanto cuando le preguntamos con quién había viajado a Estados Unidos. "Con mi tía", respondió entre sollozos. Llevaba un brazalete en el que se leía "padre de familia en Estados Unidos" y un teléfono apuntado con marcador permanente. Llamamos de inmediato al número y descubrimos que nadie había llamado a sus padres, que estaban desesperados por saber en dónde la tenían. Algunos de los momentos más emotivos de nuestra visita ocurrieron cuando vimos a los niños hablar por primera vez con sus padres en el teléfono de un abogado.

Las condiciones que vimos esta semana coinciden con los hallazgos de Human Rights Watch sobre los peligros a los que se enfrentan los niños en los centros de detención de la Patrulla Fronteriza. Pero ahora, ha estado pasando durante semanas, en vez de unos cuantos días.

El Congreso debería tomar medidas —no aprobar más dinero para detenciones— y exigirles a las dependencias migratorias que dejen de separar a los niños de sus familiares a menos que sea lo que le conviene al menor; que liberen y reunifiquen a los niños lo más pronto posible, y que dejen de usar a los niños como carnada para arrestar a sus familiares.

Estos abusos desmesurados contra los niños no son lo que Estados Unidos debe representar.

Nota del editor: Clara Long es investigadora sénior del programa para Estados Unidos de Human Rights Watch; Nicole Austin-Hillery es directora ejecutiva del mismo programa. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a las autoras.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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