Actualmente la técnica de fracturamiento hidráulico ha migrado a un avance científico y tecnológico, ha mutado a una técnica de estimulación para formaciones de baja permeabilidad (donde la formación no permite fluir en forma natural el hidrocarburo en superficie), con el control y manejo del agua en superficie.
Cabe mencionar también que hay distorsión de la información de la técnica; el concepto general es fisuras microscópicas realizadas en la formación, cuyo máximo alcance de acuerdo a evaluaciones, no llega a los 150 metros del agujero perforado hacia la formación (distancia de la fractura); teniendo una distancia promedio de mantos freáticos entre los 1,500 y 2,000 metros entre la elongación máxima obtenida.
La nueva técnica tiene como fin realizar la terminación con el menor daño a la formación y maximiza en un 90% del total de la operación el control y manejo del agua en superficie, indicando en forma metodológica de dónde proviene el agua y el retorno obtenido.
La nueva técnica tiene una forma de monitorear qué tipo de fractura, cuánta agua, tipo de químico y tratamiento del agua se aplican. Ademas, indica que actualmente hay un cambio en la utilización de materia prima para mover la máquinas, pasando del diésel (combustión interna) a gas natural (turbina eléctrica) proveniente de pozos reduciendo la emisión de dióxido de carbono.
En México tenemos los lineamientos de la ASEA, regulación que considera las mejores prácticas de Estados Unidos y Canadá así como Normas Oficiales Mexicanas y estándares internacionales. Las disposiciones publicadas fueron articuladas con piezas regulatorias de la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Nacional del Agua y atienden las recomendaciones del Centro Mario Molina y consideran también la experiencia sobre el tema de la Agencia Internacional de Energía.
La regulación emitida por ASEA previene la contaminación de cuerpos de agua superficiales y de los acuíferos, la contaminación del suelo; minimiza la emisión de gases a la atmósfera y establece medidas que previenen actividad sísmica inducida asociada.
En conclusión, la fractura hidráulica ha evolucionado como todo lo que el ser humano ha necesitado para su uso personal. Entonces adaptemos las mejores prácticas que ya implementemos y evaluamos, demos cause a extraer lo que hoy tiene valor alto y en el futuro lo perderá.
Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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