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Empresas dirigidas por mujeres: un toque de valor más allá del género

No se trata de cumplir con cuotas de género, sino de dar resultados, dice Mónica Vera.
mar 03 diciembre 2019 10:00 AM
Crecimiento
El caso de Mayra González, quien logró un aumento sostenido en las ventas de Nissan México, y posteriormente una dirección global, es el ejemplo de que no se trata de cubrir una cuota de género, dice Mónica Vera.

(Expansión) - Hoy, cuando el 78% de las empresas están encabezadas por un hombre, el reconocimiento equitativo del talento y habilidades, independientemente del género, basta para dar un paso hacia adelante en el propósito de balancear esta proporción.

La presencia de las mujeres en la vida empresarial no sólo es un tema de equidad, sino de productividad. Por ejemplo, tomemos un caso de éxito en México: Mayra González, la ejecutiva al mando de Nissan en México, quien recientemente asumió el cargo de directora general de las ventas globales de la empresa automotriz.

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Éste caso es una clara muestra de que las mujeres aportan resultados palpables a las corporaciones más allá de que su presencia en roles directivos contribuya a cubrir cuotas de diversidad. En un entorno geopolítico complicado para la industria automotriz, esta mexicana logró mantener un aumento sostenido de las ventas en el mercado nacional, que le valió una posición crítica en el futuro de la corporación japonesa.

Son pocas las empresas que se han dado cuenta de la valiosa oportunidad que tienen al ubicar a mujeres en puestos directivos. Según un reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicado este año, menos de un tercio de las juntas de directores en las empresas mundiales cuenta con 30% de participación femenina. Por otra parte, se ha documentado el hecho de que la presencia de más mujeres en altas esferas directivas mejora el desempeño de las corporaciones y aumenta 20% su rentabilidad .

¿Qué hay detrás de los resultados exitosos de mujeres en roles directivos?

Frente a evidencias claras de las ventajas de incorporar a mujeres en roles directivos, cabe preguntarse qué elementos contribuyen a esta diferencia. Creo que tiene que ver con atributos que, aunque no sólo se presentan en el género femenino, son más ampliamente aplicados por mujeres en el ámbito empresarial. Principalmente, podemos pensar en cualidades como la inclusión, la empatía y el ingenio.

En general, los equipos liderados por mujeres suelen ser diversos fomentando el intercambio de ideas y de esta manera enriqueciendo las posibilidades de lograr los objetivos. Adicionalmente, es más común en estos equipos diversos la identificación entre sus miembros y el reconocimiento del otro, lo que motiva y energiza al equipo y a cada uno de sus miembros a enfocarse en alcanzar las metas comunes.

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Finalmente, a través de la contraposición y comparación de ideas, así como la sinergia entre recursos y habilidades que poseen los equipos diversos, las empresas logran acuñar características que las habilitan para obtener resultados ambiciosos de maneras novedosas y efectivas.

Las barreras

No obstante las claras ventajas de incorporar el talento femenino en posiciones de liderazgo, el avance en este sentido es muy lento. Según el reporte de brecha de género elaborado por el Foro Económico Mundial, se estima que tomará más de 80 años lograr la equidad de género en los lugares de trabajo si seguimos a este ritmo. Datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), indican que solo el 35% de los estudiantes matriculados en carreras de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) son mujeres.

¿Pero por qué se dificulta el acceso de las mujeres a los puestos directivos en las empresas? En primer lugar, la cultura empresarial asocia el rol tradicional de la mujer en el hogar como antagonista de su compromiso con la empresa, lo cual es un error: “¿Cómo una madre va a cumplir con las metas si tiene que ir por sus hijos a la escuela?”

Las indiscutibles brechas salariales entre hombres y mujeres desempeñándose en roles similares, las cuales pueden llegar a ser hasta de 30%, el bajo porcentaje de mujeres educadas en carreras científicas en comparación a la población masculina y el famoso concepto del techo de cristal, son todos aspectos que constituyen obstáculos para que podamos ver crecer el número de altas directivas en las corporaciones.

Nota del editor: Mónica Vera es Directora de TMF Group México. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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