Por esta razón, la manera de revertir el estancamiento del PIB de manera efectiva y estructural es que la inversión regrese a su dinamismo de años anteriores.
¿Por qué cayó la inversión?
Hay una variedad de elementos que definen las decisiones de inversión en México. La más evidente es que la fuente de la inversión, el dinero, ha rivalizado fuertemente en las decisiones que toman los empresarios, entre invertir en la formación de capital o en otros instrumentos.
Cuando la política monetaria giró hacia la restricción en años recientes, en general, los empresarios valoraron más reservar su dinero, o bien, invertirlo en instrumentos de menor riesgo y con mejor rendimiento relativo.
El segundo factor que coadyuvó a menguar la inversión fue el cambio de régimen político, del que he hablado en otra ocasión. El país experimentó un clima de temor exacerbado debido a las campañas que lanzaron diversos líderes de opinión, adelantando escenarios catastróficos para la economía mexicana, generados por el cambio de gobierno. El catastrofismo se verificó con algunas decisiones iniciales, como la cancelación del NAIM.
No obstante, la caída de la inversión es reversible con dos condiciones: la primera y más importante, es la política monetaria que, dependiendo de las condiciones de holgura que presente la economía, sienta las bases y los incentivos para que la inversión se canalice hacia proyectos productivos que son necesarios para el país.