La realidad es que una empresa con mayor inclusión de mujeres en todas las áreas del negocio permite una mejor retención de talento, políticas más homogéneas que favorecen a todos los empleados y apoya en gran medida a la diversidad en las empresas, con talento que de otra forma no se podría integrar por discriminación sexual, racial y de género.
Por la misma razón muchas mujeres han decidido emprender. Casi el 59% de las mujeres que no ven una posibilidad de tener puestos directivos en una compañía deja su trabajo, en busca de nuevas oportunidades.
¿Y cómo se podría mejorar este fenómeno en México y Latinoamérica? En países europeos se han identificado algunas políticas que permiten avanzar en liderazgo femenino:
- Definición de cuota mínima de mujeres en empresas y consejos directivos.
- Revisión de salarios base para puestos sin importar género.
- Políticas de maternidad y paternidad.
De igual forma, gran parte de los beneficios que se generan al integrar a más mujeres al entorno laboral tiene que ver con competencias profesionales que se han identificado y que se desarrollan en los equipos de trabajo, mejorando la productividad y competitividad en cualquier sector.
Hablando de retail, por ejemplo, en mi experiencia se pueden enlistar competencias generales de mujeres que han aportado positivamente a la industria con la capacidad de tomar decisiones en momentos de crisis, realizar multitareas, ser eficaces en integrar equipos de trabajo, fomentar trabajos colaborativos e inclusivos, tener una visión estratégica y tener competencia de adaptabilidad a cambios.