En realidad, ¿a quién no le han pedido hacer más con menos? Particularmente, en México y América Latina existe una orientación muy marcada hacia el ahorro, aunque no siempre se cuenta con programas que se hayan estructurado cuidadosamente para lograrlo.
Y es que ahorrar no siempre significa gastar menos, sino saber en qué invertir y en especial en la actualidad ante los retos de transformación digital que todas las empresas enfrentan. Este puede ser un planteamiento sencillo, pero no lo es tanto cuando se lleva a la práctica.
Sin duda, hay que “amarrarse el cinturón”; no obstante, también se deben establecer prioridades y destinar recursos a iniciativas que añadan un verdadero valor al negocio. En concreto, el ahorro puede derivarse en crecimiento y transformación.
Los negocios de la región que están implementando esta práctica han identificado cuatro beneficios clave: la rentabilidad de sus productos se eleva, sus ventas aumentan, los costos se reducen y se incrementa la adopción de tecnologías de punta, a la luz de la mencionada transformación digital.
En este último rubro, en particular en América Latina se registran mayores niveles de adopción tecnológica en comparación al resto del mundo pese a que se encuentra relativamente rezagada respecto a otras regiones del mundo en lo que a reducción de costos se refiere.
¿A qué se debe este fenómeno? A diferencia de los países avanzados que tienen una infraestructura heredada que han tenido que renovar gradualmente, las organizaciones latinoamericanas inician directamente con muchas de las innovaciones más recientes.