Servicio al cliente, servicio al cliente y más servicio al cliente. Esta será el área de primera necesidad en el organigrama por meses y, probablemente, por años. Junto con las de Comunicación, Mercadotecnia y Asuntos Corporativos, tendrán que convertirse en la columna vertebral del nuevo diseño de empresas preparadas para emergencias, crisis, decisiones de gobierno y contingencias inesperadas.
La compañía que no aproveche esta oportunidad de construir un nuevo esquema de organización, hacia un modelo más horizontal, abierto y en contacto permanente con el usuario final, será recordada como una de las que murió por COVID-19.
Tecnología a toda costa. No importa si se trata de una micropyme, llegó el momento de ordenar tamales por medio de una app y de apartar medio kilo de carnitas vía celular. Vivimos en la época donde cada semana nace una nueva manera de comunicarnos a bajo costo y es hora de aprovecharlo para que estemos conectados no sólo para comprar, contratar o vender, sino para ayudar a reducir una brecha digital que nos hace mucho daño a la economía y al país.
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Cualquier innovación, idea original, propuesta considerada imposible antes, en este momento es urgente. Abandonada por dos décadas, la investigación y el desarrollo (I+D) se concentró en la industria del software y la revolución de sectores económicos tradicionales por medio de tecnología disruptiva, a veces adelantada a la regulación gubernamental y las leyes nacionales.
No más, gobiernos, centros de estudio, universidades, corporaciones y hasta la llamada sociedad civil, tendrán que invertir en I+D o despedirse de sus actividades como ahora las conocen.