Graba en piedra valores universales. Los alumnos deben de aprehender valores sólidos que promuevan la justicia, honestidad, generosidad, protección al medio ambiente y el cumplimiento de su palabra, entre otros. Gracias a los valores, las sociedades se sostienen a través del tiempo pues delimitan el marco de acción de cada individuo en su vida cotidiana. Aquí quiero resaltar algo indispensable ante la realidad mexicana: la educación superior debe ser enfática en sensibilizar a los alumnos ante la injusticia e inscribir en su sistema de valores un compromiso firme con retribuir a los menos protegidos.
Garantiza habilidades útiles y con amplio mercado. Está comprobado que el nivel de ingresos de los egresados universitarios está relacionado con lo que “saben hacer” y no con el título que ostentan. Es fundamental desarrollar destrezas específicas que forman parte de las necesidades básicas del mercado: marketing digital, cálculo estructural, programación, contabilidad, finanzas. Sin embargo, estas destrezas no deben restar importancia a un desarrollo integral de conocimientos universales y culturales, también críticos para discernir entre lo bueno y lo malo, lo que conviene y lo que no.
Incluye actividades que promuevan el relacionamiento humano en todas las materias. Fomentar y propiciar el desarrollo, la experiencia y la capacidad para trabajar en equipo incide directamente en el crecimiento personal. Todas estas habilidades son necesarias para desarrollar liderazgo y disciplina; esto es clave para cumplir con procesos y procedimientos que permiten alcanzar metas y compromisos en tiempo y forma. En la gran mayoría de las contrataciones o decisiones de promoción dentro de una organización, los superiores evalúan las capacidades para tomar decisiones justas, de liderazgo y trabajo en equipo.
Instrumenta programas para mejorar las habilidades de comunicación de los alumnos. Éstas serán el motor que impulse su crecimiento o el freno que los detenga. Saber escribir una carta, hacer una presentación, hablar en público para vender una idea, le permitirá a los jóvenes sobresalir en su camino al éxito. Contar con un equipo y un departamento especializado en temas de comunicación será decisivo para los alumnos (o clientes). También parte de estas habilidades de comunicación son el dominio de inglés, la comunicación no verbal, el uso de herramientas tecnológicas básicas y el conocimiento de metodologías inductivas y deductivas para la transmisión, venta y explicación de ideas.
Incluye problemas y desafíos tomados de casos reales para que los alumnos los solucionen. Al menos la tercera parte de los programas educativos debería estar centrada en solucionar problemas reales. Los jóvenes del mañana no tendrán el tiempo para que sus jefes o clientes les brinden la oportunidad de aprender a través de sus errores o con calidad intermedia (curva de aprendizaje). Los programas de estudios deben motivar a que los alumnos propongan soluciones prácticas, ejecutables y pragmáticas con recursos escasos y, tal y como en la vida, con información incompleta. Para ello, es necesario desarrollar el pensamiento crítico y analítico de los egresados, ingredientes indispensable para crecer en el tiempo.