6. Comparte lo que sabes y tienes. De nada sirve agregar títulos y cosas materiales si no compartimos lo que acumulamos con personas que no tuvieron nuestra suerte.
Organízate para donar dos o tres horas por semana para apoyar a alguna organización filantrópica y siempre ten la filosofía de compartir todo lo que sabes con todos los interesados, inclusive si estos son competencia. Esta actitud siempre devuelve grandes frutos. Un amigo mío lo llama “llenar el cochinito del buen karma”.
7. Sé bueno con los demás. Tratar a la gente bien es otro factor clave en tu desarrollo e identidad personal. Haz el esfuerzo por la mejor persona posible con quienes tengas contacto: amigos, colegas, empleados, superiores, enfermos y desprotegidos, de todas las condiciones humanas.
Nunca sobra dar las gracias, pedir las cosas por favor, celebrar un logro personal o ajeno, visitar a un enfermo y dar un pésame. Con el paso de los años aprenderás lo importante que serán para ti las personas cercanas con las que has sido generoso, respetuoso y cariñoso. Chatear no es suficiente: no hay nada como visitar, dar abrazos y hablar sin prisas.
8. Ponte sano. Tu cuerpo es tu templo y debe funcionar de la mejor manera, toda tu vida. De él depende tu trabajo, tu familia, tu buen humor y tu calidad de vida. Duerme mínimo siete horas diarias, haz ejercicio de cuatro a cinco veces por semana, come sano, cuida tu peso y ajusta tu dieta con base en tu perfil genético (colesterol, azúcar, tiroides, piel, por ejemplo).