Pocos han sido los que la primera vez que lo hicimos no sintiéramos que el estómago se sube a la garganta, por no decir otra cosa, pero este entrenamiento es fundamental para experimentar la sensación que produce el avión en pérdida. Conforme avanzan las horas de vuelo, de ordinario antes de realizar tu primer vuelo solo, haces al menos una hora de emergencias que consisten en simular una falla, ya sea de motor u otro componente para aterrizar la aeronave de forma segura y, dependiendo de las condiciones, existen diversas técnicas para llevarlas a cabo y, para variar, listas que hay que aprender y conocer para seguir en caso necesario.
En estos tiempos, justo estamos viviendo una circunstancia para la que nadie estaba preparado, no hay listas y no hay procedimientos para cuidar nuestras finanzas personales, sin embargo, sin saberlo, hemos hecho prácticas que hoy nos pueden ayudar y que, sin duda, harán la diferencia entre salir adelante con facilidad o no.
Lo primero que debemos entender, es que no tiene sentido estar sentados lamentándonos o preguntándonos qué pudiéramos haber hecho diferente, pero sí cómo esa experiencia que hemos acumulado la podemos emplear para organizar nuestras finanzas, encontrar las lecciones que hoy hemos aprendido y que lo seguiremos haciendo.
El peor error que puede cometer un piloto es ser arrogante y tener un exceso de confianza, ahí es como comienzan los accidentes, que son un cúmulo de errores. Siempre debemos revisar la aeronave, recordar los entrenamientos y en caso dado si se presenta un fallo, revisar inmediatamente los procedimientos de emergencias. En las fianzas personas es lo mismo, el ser arrogante y confiado nos lleva a tomar pésimas decisiones.
Hace unos meses las condiciones eran otras y muchas personas dejaron de lado su presupuesto, se arriesgaron con excesos de gastos que les acumularon severas deudas, realizaban inversiones con un mayor grado de riesgo y no estaban considerando el ahorro. Esa es una gran lección debemos establecer dentro de nuestros presupuestos escenarios para poder reaccionar y darnos cuenta que no todo es eterno, incluso prepararnos para una eventual pérdida del empleo y que no represente un descalabro.