El racismo sistemático en el mercado hipotecario y de bienes raíces en EU

La discriminación en el mercado hipotecario es sólo una rama de las numerosas raíces del racismo en Estados Unidos, señala Edgar C. Guerra.

(Expansión) – El movimiento “Black Lives Matter” que recientemente ha tomado gran fuerza en todo Estados Unidos es el resultado del hartazgo de la comunidad de color hacia el racismo sistemático y flagrante del que han sido objeto por cientos de años. La gota que derramó el vaso, el asesinato de George Floyd en Minneapolis, quien fue sofocado brutalmente por el oficial de policía Derek Chauvin durante 8 minutos y 46 segundos.

Al igual que George, existen varios casos recientes que han captado atención mundial, como Breonna Taylor, quien fue asesinada con ocho tiros en su propia casa o Ahmaud Arbery, quien también fue asesinado por un exoficial de policía y su hijo mientras trotaba pacíficamente en un vecindario de Glynn County, Georgia. Estos asesinatos, desgraciadamente sólo son la punta del iceberg, es decir, son solo resultados tangibles del racismo sistemático que en realidad pasa en todo el mundo, pero que es más notorio en países desarrollados y menos diversos, como Estados Unidos.

El racismo es un problema extremadamente complejo con muchas raíces, pero hoy me enfoco en una de ellas, la discriminación en el acceso a financiamiento hipotecario.

Como residente latino en Manhattan, he observado la inequidad en el mercado inmobiliario prácticamente desde mi llegada a la gran manzana hace 10 años para trabajar en Wall Street. Una de las primeras cosas que captaron mi atención eran algunos edificios un tanto descuidados y habitados casi en su totalidad por personas de color y alguno que otro hispano.

Poco después aprendí que estos edificios que los neoyorquinos llaman coloquialmente “Projects”, pues el nombre proviene de “Affordable Housing Projects”, que esencialmente son Proyectos de Vivienda Accesible para personas de recursos económicos limitados. Sin embargo, la pregunta es ¿por qué no hay personas de raza blanca en estas viviendas? Claramente existen personas con el mismo nivel económico, pero por algún motivo estas personas tienen acceso a bienes raíces de mejor calidad.

La respuesta es, en opinión personal y con base en datos duros, el racismo consistente que las instituciones financieras aplican al otorgar créditos hipotecarios. Existen numerosas investigaciones realizadas por universidades de prestigio en Estados Unidos que confirman que los bancos minoristas rechazan constantemente aplicaciones hipotecarias de personas de color e hispanos o las otorgan con tipos de interés más altos (Journal of Economic Perspectives – Evidence of Discrimination in Mortgage Lending by Helen F. Ladd, North Western- Racial Discrimination in Morgage Markets Persistent Over Last Four Decades).

Me llamó la atención un estudio de 31 millones de aplicaciones realizado por Reveal News, y confirmado por The Associated Press, que indica que la personas de color son rechazadas en promedio 2.7 veces más que los aplicantes de raza blanca. Incluso existen evidencias de fallas en los algoritmos de riesgo que discriminan sistemáticamente a personas de color comparadas con personas blancas del mismo nivel adquisitivo basándose puramente en su domicilio al momento de la aplicación.

¿En qué influye el domicilio? En mucho, pues desde los años 30s después de la gran depresión, el gobierno federal de Estados Unidos implementó programas para revitalizar la economía mediante con la creación de dos entidades: La “PWA- Public Works Administration” y la ”HOLC-Home Owners Loan Corporation“ y con esto, se instituyeron dos tipos de viviendas, unas destinadas a personas de color y otras para personas de raza blanca.

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La PWA creó las viviendas accesibles (lo que los neoyorquinos llaman “Pojects”), las cuales fueron destinadas sólo a personas de color, mientras que la HOLC construía casas de mejor calidad (de acuerdo al sueño americano) en los suburbios para impulsar la “clase media” y otorgaba créditos hipotecarios de bajo costo destinados únicamente a personas blancas.

Al mismo tiempo se realizó lo que ahora se conoce como “red lining”, que es nada más y nada menos que clasificar las áreas destinadas a vivienda accesible (y habitadas en su totalidad por personas de color) como áreas rojas, es decir, áreas riesgosas y no idóneas para inversionistas, lo cual incentivaba a los bancos a declinar créditos hipotecarios a personas con domicilio en estas áreas.

Es decir, una vez que una familia es asignada a vivir allí, sus posibilidades de salir de ella son casi nulas. Esta es la cruda realidad que aun décadas después se ve en Estados Unidos.

Ser propietario de una vivienda digna es el principal motor para generar riqueza, y la persistencia de discriminación en el sistema financiero minorista sigue siendo el primer obstáculo para el progreso y la equidad hacia las personas de color.

Como menciono al principio de esta columna, la discriminación en el mercado hipotecario es sólo una rama de las numerosas raíces del racismo en Estados Unidos, y cada una tiene un efecto dominó que hoy es más evidente que nunca.

Nota del editor: Edgar C. Guerra es Director de North America ETP Strategy and Business Development. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

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