La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas
Por ejemplo, la comunicación de ambas cayó en la trampa del CENACE al replicar el nombre del “Acuerdo para garantizar la Eficiencia, Calidad, Confiabilidad, Continuidad y Seguridad del Sistema Eléctrico…”, cuando las medidas no conllevan al sector a ninguna de esas cualidades, haciendo que las asociaciones -sin arraigado posicionamiento social- partieran de terreno negativo al explicar su punto de vista.
Además, las empresas difundieron extensas numeralias sin sentido estratégico. Señalaron afectaciones en “44 proyectos… respaldados por más de 6,400 millones de dólares”, sin embargo, si el gobierno federal decidió dar marcha atrás a una inversión cervecera de 1,400 millones de dólares, ¿qué les haría pensar que tendría algún impacto el traer a debate los 145 millones de dólares en promedio que cada proyecto de esa cartera representa? Citar inversiones, empleos y toneladas de carbono, poco le dicen a la opinión pública sin la historia adecuada.
Son tiempos convulsos y se agravarán tras el COVID-19. Está por verse si el gobierno federal tendrá éxito con sus políticas, pero el foco que determina la voz pública de las empresas no debe estar ahí. Debe identificar las percepciones de la sociedad que hacen viable su actividad y la incidencia que estas tienen en las metas gubernamentales.
Como hemos visto en el último intento de golpe -referente a las tarifas de porteo-, el gobierno intentará mantener viva su estrategia energética, pero la sociedad es la que modula los incentivos en su desempeño.
OPINIÓN: No todo es malo en el impacto del COVID-19 en las relaciones públicas
En el caso particular de las renovables, muy distinto sería si a partir de una investigación de opinión pública de calidad, sus representantes hubieran difundido el valor social que tiene la energía para amplios sectores, las ramas productivas que con ella se fortalecen y el tipo de trabajadores en las distintas industrias que son beneficiados con la generación.
Ello, sin olvidar presentar la cartera de proyectos de responsabilidad social impulsados por las energías solar y eólica, su vocación natural de capacitación de talento nacional, así como el volumen total de rentas en asentamientos rurales.