Yo, que trabajo en el sector y tengo una agencia boutique especializada en startups y emprendimientos desde hace cuatro años, debo confesar que cuando inició la pandemia tenía mucha incertidumbre. Más de la mitad de nuestros clientes con los que ya trabajábamos nos pidieron pausar; otros, con los que teníamos campañas programadas o que iniciábamos a partir de abril tuvieron que cancelar.
Curiosamente algo pasó que me hizo reflexionar… los clientes con los que continuábamos trabajando, tomando en cuenta que algunos de ellos no son considerados “empresas esenciales”, empezaron a tener un aumento de publicaciones en medios y en alcance… pero, ¿por qué?
Parte de mi trabajo consiste en transmitir los mensajes correctos para que los clientes actuales, y clientes potenciales de las empresas con las que trabajamos, tengan conocimiento de los servicios o productos que ofrecen; pero ahora más que nunca, lo hicimos de una manera sumamente cuidadosa y sensible, porque de cierta forma todos estamos experimentando “sentimientos similares” y más que nunca tenemos empatía unos por los otros.
Aún cuando el COVID-19 tiene evidentemente toda la atención alrededor del mundo, es nuestro trabajo que nuestros clientes sigan estando presentes y sean relevantes. Así fue como dependiendo del giro de cada uno de ellos empezamos a comunicar cómo hoy en día sus productos o servicios proponen soluciones o aportan de alguna manera a la sociedad.
Pero sobre todo, quisimos enfocarnos en generar contenidos informativos alrededor de esto, que aportaran valor... a través de educar a los lectores sobre temas específicos o, incluso, de entretenerlos ante esta crisis mundial. Estos mensajes deben tener credibilidad y siempre estar basados en hechos verídicos, pero también es de suma importancia que estén alineados con los valores de la empresa.