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Estructura productiva: entre demanda y oferta de innovación y conocimiento

Los retos para el desarrollo económico y social son profundos, por ello la relevancia en la ciencia y la tecnología, para crear soluciones que demanda la sociedad, opina Juan Alberto González.
mié 26 agosto 2020 01:00 AM

(Expansión) – La existencia de una relación significativa entre innovación y crecimiento económico es indudable. Nuevos productos, nuevos procesos y nuevas formas de organizar la producción, cambian cuantitativa y cualitativamente la estructura de la economía y de la sociedad.

Según el Índice Global de Competitividad 2019, México ocupó la posición 49 de 141 países evaluados, tres lugares por debajo del lugar 46 que ocupó en el 2018; en capacidades para la innovación, se ubicó en la posición 52, dos lugares debajo del 50 que ocupó en 2018; las empresas deben diseñar y desarrollar productos y procesos de vanguardia para mantener una ventaja competitiva y avanzar hacia actividades aún más valiosas.

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La investigación y el desarrollo tecnológico son dos elementos precursores de la innovación y que resultan de la creación y aplicación del conocimiento científico, hacia la atención de las necesidades específicas de la sociedad.

La independencia económica y sobre todo el bienestar de la población se debe apoyar en la generación de nuevos conocimientos que sean útiles para atender y resolver los problemas sociales, lo cual permitirá un mayor dinamismo de la economía y una mejor atención de los problemas nacionales.

Un comienzo puede ser generar competitividad en la arena internacional de bienes de capital basados en la imitación tecnológica, para luego establecer demandas propias de desarrollo tecnológico e innovación que la sociedad y el mercado exigen; se requiere una estrategia a largo plazo basada en las interacciones de políticas públicas para la educación, la industria y, sobre todo, la ciencia y la tecnología.

Naciones como Japón basaron su desarrollo en el uso de conocimiento científico y tecnológico vía la propiedad intelectual, en las últimas décadas su política científica y tecnológica se ha orientado a desarrollar leyes, normas, estrategias e iniciativas, enfocadas en el desarrollo de tecnología propia, por lo cual la adecuada gestión de los activos intangibles es una prioridad para el país.

Durante la época de recesión producto de las guerras, esta nación adoptó un proceso de importación de tecnologías extranjeras, mismas que fueron la base para el desarrollo de las empresas japonesas.

Japón en el Índice Global de Competitividad 2019, ocupó la posición 6 de 141, en capacidades para la innovación, se ubicó en la posición 7, las empresas japonesas diseñan y desarrollan productos y procesos de vanguardia para mantener una ventaja competitiva y avanzar hacia actividades aún más valiosas.

Los retos para impulsar el desarrollo económico y social para México aún son profundos, por ello la relevancia en el uso de la ciencia y la tecnología, para crear las soluciones que demanda nuestra sociedad.

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La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas

De aquí que las capacidades tecnológicas de un país u organización deben de entenderse como el proceso mediante el cual se puede hacer un uso efectivo del conocimiento tecnológico (la cual) no radica en el conocimiento que se posee, sino en el uso de dicho conocimiento y en la eficiencia de su aplicación en la producción, inversión y la innovación.

El desafío entonces es diseñar y propiciar un cambio tecnológico que obedezca a los imperativos de una economía que no dependa de un paradigma maquilador exportador trasnacional, sino a una política industrial y una política comercial que protejan a la planta productiva nacional y a los intereses del mercado interno, sin excluir la posibilidad de una mejor inserción de la economía mexicana en la economía mundial.

¿De donde podemos partir?

Ante el inequitativo reparto de la riqueza generada en el país, se debe impulsar a empresas a que desarrollen proyectos innovadores y una estructura productiva que demande y genere recursos humanos calificados e instituciones de formación e investigación de excelencia.

Ante el rezago en la cobertura de servicios básicos y los bajos niveles de alimentación que prevalecen en la mayoría de la población, es necesario impulsar la creación de capacidades tecnológicas, que permitan innovaciones el sistema agroalimentario del país, con un aumento de la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible.

Ante los elevados niveles de desempleo y subocupación, es necesaria la inversión en proyectos innovadores, que apoyen la articulación entre los agentes generadores de conocimiento y las empresas, para acelerar la vinculación de las soluciones tecnológicas con la sociedad y el mercado.

Ante la vigente concentración oligopólica en la propiedad de los medios de producción, la experiencia de países industrializados muestra que el énfasis en los recursos humanos y en la infraestructura para la investigación son determinantes fundamentales del desarrollo científico y tecnológico de los países y de los patrones de inserción en las cadenas globales de producción, con la consecuente eliminación de mercados oligopólicos.

Ante el aparato de producción poco integrado, ineficiente y altamente dependiente del exterior, se debe de impulsar claramente una relación entre especialización productiva y esfuerzo innovador, que asigne un peso mayor a los sectores intensivos en tecnología.

La generación de tecnología propia se relacionada fuertemente con la capacidad que tenga su sistema de CTI, para impulsar el desarrollo y llevar los productos de la investigación al mercado, haciéndolos comercialmente viables. El reto es impulsar que la investigación que se hace en México corresponda con las necesidades productivas de las empresas, pero sobre todo con la solución de los principales problemas sociales.

Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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