Primero, porque la transformación digital no tiene nada de nuevo. Comienza a mediados de los 90. El 2003, Andal, Cartwright y Yip publican “La transformación digital de los negocios tradicionales” en Sloan Management Review. El mismo año Brynjolfsson, Hitt y Yang muestran que su potencial sólo se alcanza cuando la inversión en activos digitales se acompaña con activos intangibles: cultura, procesos, maneras de organizarse y capacidades internas.
Segundo, porque a pesar de que no es nueva, la tasa de fracaso en transformación digital a nivel global supera el 70%. Esta alta tasa de fracaso es en condiciones favorables: sin urgencia, sin pandemia, y a pesar de contar con todas las herramientas y métodos para hacerlo bien. Peor aún, esta tasa de fracaso es similar a la de iniciativas de innovación corporativa. Sin embargo, mientras el retorno a la inversión en transformación digital actualmente varía entre el 15-30%, el retorno promedio de presupuestos de innovación corporativa rondea el 440%.
Ahora, si la transformación digital no es nueva. ¿Por qué la tasa de fracasos es tan alta y el retorno tan bajo?
Porque, paradójicamente, la transformación digital no es sólo un problema tecnológico. Investigaciones recientes entre empresas europeas identifican 54 problemas y causas comunes de fracaso en transformación digital. De ellas, menos del 20% corresponde a temas de tecnología, infraestructura, regulación o “digital factories”. El resto son problemas políticos en la alta dirección, dificultades de liderazgo transformacional; entendimiento limitado del significado, dificultad, sinergia y potencial de estas transformaciones; insuficiencia en preparación y madurez organizacional y desarrollo de capacidades de sus colaboradores; ejecución del proceso de transformación y gestión de complejidad e incertidumbre.
Entonces, ¿qué hacer?
Actuar para resolver la urgencia actual, pero cuidando de hacer las cosas bien. En el contexto actual, “hacer las cosas bien” significa abrazar el riesgo, incertidumbre y ambigüedad con procesos, métodos y herramientas para mitigar su impacto en la organización.