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¿Las estaciones de servicio son negocio para Pemex?

La nueva visión que el propio mercado tiene es una diversificación de marcas, imágenes y selección que puede tener cada consumidor de escoger a quién o qué producto comprar, apunta Ramses Pech.
mié 07 octubre 2020 05:00 AM

(Expansión) – Habrá una contracción en la utilización de combustibles fósiles, siempre y cuando exista una diversidad en los tipos de combustibles que faciliten ser ofrecidos por un mayor número de estaciones de servicios en el mercado.

El mercado de los combustibles en México no tiene más de cinco años y han surgido muchas confusiones sobre dónde está el negocio. Para dejarlo claro: está en las terminales de almacenamiento y reparto (TAR), la cual tiene un peso preponderante de entre el 44 y el 47% del precio unitario que observamos en las estaciones de servicio.

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La nueva visión que el propio mercado tiene de México es una diversificación de marcas, imágenes y selección que puede tener cada consumidor de escoger a quién o qué producto comprar, anteponiendo a la calidad del combustible, y pasando a segundo término, el precio.

La calidad está ligada a los litros por kilómetros recorridos y a mediano plazo será por los contaminantes que emanen de la combustión ante nuevas alternativas que den lugar a tener disponibilidad de tener carros eléctricos, híbridos o aquellos que usen combustible con hidrógeno (apenas en desarrollo). Ante el hecho de que el negocio no está en las estaciones de servicio, cada empresa que esté involucrada dentro de la cadena de este mercado deberá decidir en qué parte estar o influir.

Muchos consideran que el éxito de la venta del combustible está en la imagen que el consumidor observa en el trayecto a algún lugar y define a quién comprar. Esta realidad virtual fue modificada en México a partir de la entrada de nuevas marcas de combustibles y donde cada cliente ya no compra por la imagen.

Hay que dejar en claro que una marca o no es igual a la imagen. La primera quiere transmitir sobre sí misma la expresión de su personalidad y su esencia visual, mientras que la imagen corporativa es la forma en la que el público percibe la marca. Al cliente en México, el mercado le ha dado la oportunidad de tener diferentes marcas de productos estándares (supuestamente) de combustibles que provienen de refinerías de Pemex, importaciones que privados y/o la empresa productiva realizan para el mercado, y donde la diferencia es definida por la calidad de los combustibles que el cliente o el dueño de una estación de servicio nota al ver la preferencia de cada consumidor.

La Comisión Reguladora de Energía (CRE), dentro de sus funciones garantes del mercado y en apoyo al consumidor, está siendo parte importante de la contracción de la participación de la marca Pemex, ya que al no haber nuevas estaciones de servicios está limitando el crecimiento de esta empresa ante una imagen desgastada visualmente y que el consumidor o dueño de una estación espera que la marca pueda estar al nivel de las otras que hoy en día están en el país.

Marcas como Valero, Shell, BP, Exxon y otras, que han logrado posicionarse en el mercado mexicano, ofrecen gasolinas con un mayor octanaje, aditivos a los combustibles para la mejora de la combustión, rendimiento del motor y vida útil, además de ofrecer un soporte directo a cada estación que tiene la imagen de la marca.

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Las pérdidas de Pemex alcanzan 606,600 millones de pesos en 2020 

De enero a agosto, la CRE solo ha otorgado 52 nuevos permisos a estaciones de servicios y esto ha originado que dueños de estaciones de servicio migren a nuevas marcas con imágenes diferentes a Pemex, ocasionando una pérdida de la marca en ocho meses del 11% en marca y 12% en imagen. Al ritmo actual esto podría llegar en ambos rubros por arriba del 20%. Empresas como Exxon y Valero en este 2020 han incrementado el número de estaciones con su marca e imagen, siendo Valero la que más llama la atención, que de dos estaciones ha pasado a 50, y espera cerrar en más de 110 a finales de este año.

Al mercado continúan limitando el número de estaciones de servicios que pueden establecerse en lugares analizados por cada grupo, marca o persona, que puede ser negocio colocar una estación. Pemex tendrá que cambiar la estrategia, debido a que, al haber un número de estaciones limitadas y constantes, el empresario podría decidir quién le da el mejor precio o calidad del combustible en función de la percepción observada de cada marca, sin importar si el combustible fue producido por refinerías de México o fuera del país.

Lo que importa es que el producto genere ganancia y una mayor venta del volumen, y recordar que el margen de ganancia neto de cada estación de servicio actualmente no es mayor al 3% del precio unitario observado.

La decisión de la inversión de una estación de servicio es a cuenta y riesgo de un privado; la selección de la marca del combustible, y qué imagen seleccionar, es decisión propia en función de lo determine que es mejor para su negocio, sin ser forzado con contratos que limiten o que puedan crear un vínculo dependiente.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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