El escenario que nos ha dejado la actual crisis sanitaria nos muestra que ellas son las que han tenido que sufrir más en cuanto a la pérdida de empleo, dado que el decremento de la población económicamente activa del género femenino en este escenario de pandemia ha caído un 14%.
Podemos observar que la mayoría de las estrategias de reactivación de empleos ha estado enfocada en los hombres y que muchas han tenido que pasar a trabajar en la informalidad e incrementar el trabajo no remunerado.
Y esto genera otro problema, dado que no hay seguridad laboral tampoco hay seguridad financiera, generando un gran impacto en el nivel de estabilidad de las mujeres y sus familias.
De acuerdo al reciente estudio de Mercer titulado When Women Thrive 2020, las mujeres en México siguen enfrentando desafíos importantes en temas de igualdad de pago, ausencia de sistemas de apoyo y acceso limitado a oportunidades de desarrollo de carrera. El tema de la equidad está en el discurso de las corporaciones, pero no necesariamente está en el quehacer de las mismas.
El 72% manifiesta estar enfocadas en mejorar temas de diversidad e inclusión, pero el número se reduce a un 40% cuando se les pregunta si tienen puesta en marcha una estrategia de diversidad multianual, que implica definición de objetivos del programa, asignación de recursos, indicadores de seguimiento y presupuesto, entre otros factores que son decisivos para tener una iniciativa exitosa en esta materia.
Creemos que es momento de continuar impulsando y estimulando una cultura de equidad, igualdad e inclusión en las organizaciones, no solamente porque es su derecho, sino por la capacidad que pueden aportar las mujeres a las firmas en términos culturales, profesionales y de gestión organizacional.