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Incertidumbre: el resultado de la elección presidencial estadounidense

Es muy poco probable que tengamos certidumbre un resultado definitivo la noche del 3 de noviembre, opina Marco A. Morales.
mié 04 noviembre 2020 12:02 AM

(Expansión) – Una palabra describe el resultado de la elección presidencial en Estados Unidos: incertidumbre.

El martes 3 de noviembre es la última oportunidad que tienen los electores estadunidenses para emitir un voto. A diferencia de elecciones previas, en 2020 la gran mayoría de los votantes ya emitieron su voto. Atendiendo a las restricciones que impone la pandemia de SARS-CoV-2, casi tres cuartas partes de los estados han establecido reglas temporales o permanentes que facilitan enviar votos anticipados por correo o votar en casillas especiales antes de la elección.

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El resultado: alrededor de 92 millones de estadunidenses han emitido votos anticipados , que representan más de dos tercios del total de votos emitidos en la elección presidencial de 2016.

Este cambio tiene varias implicaciones. Primero, que el resultado de la elección posiblemente ya se decidió en las urnas de la gran mayoría de los estados, incluyendo algunos de los llamados swing states que influyen desproporcionadamente en la definición del Presidencia a un candidato.

Segundo, que es poco probable que sepamos quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos la noche del 3 de noviembre , como ha sucedido en la ultimas décadas porque cada estado tiene reglas distintas sobre el conteo de votos anticipados y muchos de ellos emitirán su conteo oficial días o semanas después del 3 de noviembre.

Tercero, aun cuando la gran mayoría de los votos se han emitido, es difícil que las encuestas nos den una medición precisa del estado de la elección hoy y el día de la elección. ¿Por qué? La polarización extrema en este año electoral puede impactar el sesgo en las respuestas de votantes potenciales.

El alto porcentaje de personas en casa y dispuestas a contestar encuestas puede también introducir un sesgo no cuantificado en las respuestas. Más importante, es muy difícil medir adecuadamente la proporción de votantes que ya emitieron su voto y ponderar adecuadamente contra los votantes que no han emitido su voto en relación con quienes definitivamente no votarán. La falta de una medición precisa del estado de la elección abona a la incertidumbre del resultado electoral.

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Un buen número de analistas en México consideran inminente que Biden sea el próximo presidente en Estados Unidos. Sin embargo, esta predicción depende de la precisión de encuestas preelectorales. Cantar la victoria de Biden es prematuro.

El mayor problema son las implicaciones estratégicas que genera la incertidumbre sobre el ganador de la elección. El Presidente Trump ha dejado muy claro que (a) no va a reconocer el resultado de la elección si pierde ; (b) cree que hay un enorme fraude electoral en curso que invalida la elección ; y (c) que va a declararse ganador de la elección si las tendencias le favorecen (y como descarta como inválidas las encuestas que no le favorecen, se va a declarar ganador la noche del martes).

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Todo esto garantiza caos en los días posteriores a una elección donde el resultado final es incierto. Más preocupante aun, al menos la mitad del país espera algún tipo de violencia poselectoral .

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En suma, es muy poco probable que tengamos certidumbre un resultado definitivo la noche del 3 de noviembre. En principio, va a ser muy difícil que las encuestas de salida declaren un ganador en suficientes estados para declarar un nuevo presidente. El riesgo de que el conteo de votos anticipados modifique el conteo es alto y abonaría al argumento de fraude electoral que la campaña de Trump continúa alimentando.

Aun cuando las encuestas de salida pudieran proveer una proyección adecuada del resultado de la elección, la respuesta estratégica dominante de la campaña de Trump es declararse ganador.

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En cualquier escenario donde Trump no obtenga una victoria aplastante sobre Biden, no tiene realmente incentivos para no argumentar fraude electoral orquestado por los demócratas y movilizar a sus partidarios para defender la presidencia que les puede ser arrebatada. La polarización en el país garantiza que este escenario resuene con la mitad de los votantes estadounidenses.

Nota del editor: Marco A. Morales es Investigador Afiliado al Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Síguelo en Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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