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Los eslabones débiles de la baja recaudación del predial en México

El desafío consiste en disminuir la rotación del personal, buscar alternativas para formar capital humano y acercar a los funcionarios a la tecnología, señalan Liliana Alvarado y Arturo Franco.
mar 10 noviembre 2020 11:59 AM

(Expansión) – En las finanzas públicas, al igual que en la cadena alimenticia, el eslabón más pequeño suele ser el más vulnerable y, en el ecosistema del sector público, el municipio protagoniza este papel. Lamentablemente, el pobre desempeño económico del país advierte un escenario poco favorable para los gobiernos locales.

En primera instancia, cabe resaltar la reducción de los ingresos públicos que comienza a hacerse presente en los tres órdenes de gobierno. Sin duda, esta situación está propiciando la discusión sobre la sostenibilidad financiera de los municipios y la urgencia de replantear alternativas para garantizar que su autonomía presupuestaria sea viable.

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En este contexto, el impuesto predial desempeña una función estratégica para alcanzar el objetivo planteado, pero al mismo tiempo, existen retos importantes que deben enfrentar las autoridades recaudadoras para detonar el cambio necesario. De lo contrario, es improbable que termine este círculo vicioso en la mayoría de los municipios del país, en donde la autoridad recaudadora no cobra adecuadamente el impuesto y el contribuyente no tiene incentivos para pagarlo.

Para dimensionar el problema, basta con señalar algunos datos puntuales: a nivel internacional, México es uno de los países de la OCDE con menos recaudación de impuestos a la propiedad como porcentaje del PIB. En el ámbito local, la relevancia del impuesto predial en los ingresos por impuestos de los municipios ha venido cayendo; en 2011 por ejemplo, los recursos obtenidos por este conducto aportaron 61 de cada 100 pesos, pero en 2018 la cantidad disminuyó a 40 pesos. Estos datos retratan de manera contundente la urgencia de retomar el tema con determinación.

Pero, concretamente ¿a qué se debe la baja recaudación del impuesto predial? Al igual que en muchos otros temas, este problema carece de una respuesta única, puesto que su origen es multifactorial, es decir, intervienen distintos elementos que, de manera simultánea, explican el efecto negativo sobre la recaudación. No obstante, existe consenso en que las aristas del problema pueden ser clasificadas en pocos rubros que brindan una respuesta integral al problema.

El primero de ellos es un factor administrativo que está relacionado con el funcionamiento interno de las áreas responsables del predial y, por ende, corresponde directamente al municipio. En este rubro se incluye la importancia de contar con personal capacitado y herramientas tecnológicas adecuadas para desempeñar sus labores de manera eficiente y adecuada.

De lo contrario, se corre el peligro de recaudar menos ingresos y de que los funcionarios no alcancen la especialización necesaria para gestionar adecuadamente el tema. En este rubro, el desafío consiste en disminuir la rotación del personal, buscar alternativas para formar capital humano y acercar a los funcionarios a la tecnología.

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Por otra parte, existe un factor político en el que se sintetiza una realidad cotidiana: las decisiones se toman priorizando la imagen del servidor público por encima del bienestar de la comunidad. Esto implica que las autoridades municipales opten por evadir el costo político asociado con la ejecución de medidas recaudatorias efectivas y prefieran utilizar sus atribuciones como estandarte político para ganar simpatía entre los votantes, a través de un cobro deficiente del impuesto, de no sancionar a los contribuyentes y del establecimiento de un cúmulo de tratamientos preferenciales.

Además de estos dos factores, existe uno que engloba el ámbito económico y que explica el desincentivo que generan las transferencias federales a la recaudación del impuesto predial. Este argumento está íntimamente relacionado con el político, pues representa una válvula de escape para la autoridad recaudadora al evitar exponerse al escrutinio público y aprovechar los recursos federales para “cubrir” el monto que no está siendo generado por el propio municipio.

En este punto, es importante señalar que, de cada 100 pesos que ingresan a las arcas municipales, 72 son aportadas por las participaciones y aportaciones, mientras que sólo 5.5 pesos son aportados por el impuesto predial, de ahí el origen de este factor.

Finalmente, existe un factor asociado directamente a la conducta del contribuyente y su renuencia a pagar el impuesto. Este desinterés que, desafortunadamente se está convirtiendo en algo cada vez más frecuente, es producto de una mala comunicación por parte de los responsables de ejecutar el gasto, puesto que el contribuyente no percibe los beneficios que conlleva realizar el pago oportunamente, ni las sanciones que implica no hacerlo.

En este sentido, vale la pena replantear las estrategias de comunicación oficial para hacer llegar esta información de manera oportuna a los ciudadanos.

Un diagnóstico general de la situación que permea en las finanzas públicas locales siempre será de gran ayuda para plantear recomendaciones en favor de una mayor y mejor recaudación del impuesto predial en los municipios de nuestro país. Sobre todo en un contexto en donde la carencia de recursos se está convirtiendo en la regla.

Nota del editor: Liliana Alvarado y Arturo Franco son especialistas en finanzas públicas de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas. Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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