En este sentido, las marcas tienen mucho que ganar al generar las respuestas auténticas que esperan sus stakeholders; y éstos ya no solo esperan productos y servicios de calidad, esperan mucho más; quieren ver a las marcas involucradas en otras iniciativas ambientales, sociales y de gobernanza que demuestren su compromiso y responsabilidad de mejorar el mundo, y no solo obtener ganancias económicas.
Marcas con propósito: más allá de los
likes
Si damos un vistazo a 2020, podremos encontrar varios ejemplos de marcas que giraron rápidamente sus estrategias de negocio para abordar las claras preocupaciones y necesidades que enfrentaba la sociedad. Tal fue el caso de las empresas que detuvieron su producción ordinaria para comenzar a fabricar gel antibacterial o cubrebocas, o aquellas que prestaron algunas de sus instalaciones como espacios para la atención de pacientes.
Marcas como éstas no solo ganaron cobertura mediática y mayor número de likes, también impulsaron la confianza y credibilidad, activos esenciales para mantener una buena reputación - lo que haces, lo que dices y lo que otros están diciendo sobre ti-.
Y sin duda, una buena reputación es crítica para el éxito de cualquier negocio a largo plazo, ya que genera un impacto real al incrementar las oportunidades de negocio, respaldadas por un aumento en el número de seguidores y el tráfico web hacia la marca; un mejor engagement; y recomendaciones de terceros de confianza con buen alcance, credibilidad contextual y don de ventas.
El propósito necesita comunicarse
Para que el propósito de marca pueda provocar impacto en la reputación, es necesario que éste se difunda. Nuestra empresa puede tener un buen propósito y llevar a cabo acciones que trasciendan en la vida de las personas o comunidades beneficiadas, pero no causará un gran impacto de reputación si no lo comunicamos.