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Ni neoliberalismo ni populismo

Resulta paradójico que en México existan grupos que quieran revivir el fracaso populista que están viviendo en otros países, considera Jorge Sánchez Tello.
mié 13 enero 2021 12:02 AM

(Expansión) – Las teorías económicas y políticas tienen sus ciclos. Después de una etapa desde la caída del muro de Berlín y la caída de la Unión Soviética a favor del libre mercado, al parecer hemos ingresado a una etapa donde se cree que todo lo hecho en los últimos 30 años está mal.

Si entendemos al neoliberalismo como una etapa donde todo se dejó al libre mercado realmente nunca ha existido, es una construcción teórica porque el Estado ha seguido teniendo un papel importante en la actividad económica en México y otros países de América Latina.

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El camino no debe ser dejar todo al mercado porque, como está demostrado en muchas investigaciones académicas, el capitalismo de libre mercado debe tener buena regulación, un Estado de derecho e incluso se contemplan las fallas del mercado.

Si bien hay avances en la economía de México en los últimos 30 años hemos ido perdiendo competitividad, especialmente frente a los países asiáticos porque ellos van hacia la verdadera transformación de su economía gracias a la inversión en innovación, tecnología e investigación de alto nivel.

En cambio México, en el gobierno del presidente López Obrador, que apuesta a la llamada cuarta transformación, al parecer no se han enterado que un cambio de esa magnitud solo se podrá hacer si invertimos en educación de calidad, en tecnología, investigación de alto nivel, energías renovables y sobre todo se deja de satanizar a la inversión privada.

China y Corea del Sur son ejemplos de que es mejor tener un camino hacia la modernidad vía el liberalismo económico, pero con responsabilidad social que el camino populista de América Latina.

La región latinoamericana ha perdido protagonismo y peso en la política y la economía internacional en favor del continente africano y, por supuesto, el asiático. Además, sus todavía palpables debilidades estructurales, como la inestabilidad, la desigualdad, la corrupción, la pobreza y violencia, además de ser economías que no terminan por tener un amplio desarrollo económico, hace que en muchos casos no se pueda establecer una senda de crecimiento sólida y estable que genere tanto riqueza como una redistribución adecuada.

La etapa dorada de este tipo de lógicas políticas se dio en la primera década del siglo XXI con la aparición de varios movimientos de tipo populista y las correspondientes victorias electorales en países como Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador o Bolivia. Así surgía un bloque que, de manera simplificada, podemos considerar de izquierdas.

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La conclusión es que los países tecnológicamente desarrollados, como China y Corea del Sur, están empujando hacia fuera las economías basadas en las materias primas, como Brasil y Rusia, y podrían ser una evaluación correcta de la situación actual.

Por eso resulta paradójico que en México existan grupos que quieran revivir el fracaso populista que están viviendo en otros países.

El camino para México no debe ser ni el neoliberalismo ni el populismo, los países desarrollados han tomado el camino de la libertad económica, política y social abriendo camino a la inversión privada, a la educación con calidad, a los avances científicos y tecnológicos y al emprendimiento.

Si México no toma este camino y regresa al populismo de los años 70s, serán varias décadas las que necesitaremos para retomar el camino.

Nota del editor: Jorge Sánchez Tello es director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (FUNDEF). Síguelo en LinkedIn y en Twitter. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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