El líder de hoy atrae al mejor talento y genera alianzas
3. Piedra, papel o tijera
Ideal para iniciar una junta después de la comida ya que se presenta lo que los médicos definen como “marea alcalina” y el resto de los mortales conocemos como el mal del puerco.
Esta dinámica dura apenas 5 minutos pero despierta a todos. Funciona bien para grupos entre 10 y 40 personas. Todos deben tener su cámara abierta. Tú eres el moderador y les pedirás a todos que muestren su mano frente a la cámara de modo que pueda verse el arma que cada quien elegirá.
Tú, junto con el grupo cuentan juntos “Piedra, papel o tijera”, y justo al acabar muestran todos al mismo tiempo el arma seleccionada. Perderá aquella persona que no tenga el arma que tú hayas elegido. Las personas perdedoras deberán apagar su cámara. Los ganadores podrán hacer un mini-baile de felicidad por haber pasado a la siguiente ronda. Realizarás todas las rondas necesarias hasta que quede un ganador.
4. Antología de “metidas de pata”
Se abre un archivo en el que se irán registrando los más esplendorosos desastres y errores del equipo. De ser necesario, pueden cambiarse los nombres para no dejar por escrito asuntos que podrían causar excesivo bochorno a los protagonistas. El aniversario de la empresa, es un buen momento para hacer un recuento de este tipo de anécdotas.
Para quienes nos la vivimos en videollamadas, seguramente tenemos mucho material: el día que el anfitrión sacó a todos de la reunión o el solemne reporte de las cifras con el tamalero de fondo. Nunca olvidaré la hilarante escena en la que un socio tuvo que detener su discurso para calmar a sus perros que jugaban a las correteadas sobre un sillón que estaba detrás de él.
El sentido del humor es un gran amortiguador para sobrellevar la adversidad y el estrés cotidiano. A veces hay momentos en el trabajo que no son nada fáciles de transitar. Por ejemplo, cuando alguien te da feedback sobre un error que cometiste.
Es importante que no te etiquetes pensando que todo tú eres un error. Presta atención a qué puedes hacer en adelante para corregirlo y aprende a perdonarte.
Con el tiempo, si puedes reírte de lo que te pasó, ¡felicidades!, es una buena señal de que lo estás digiriendo.
Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en Facebook (adrianacastromx). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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