(Expansión) - “La discapacidad no te define, te define cómo haces frente a los desafíos que la discapacidad te presenta” – Jim Abbott.
El trabajo dignifica a las personas, les permite sentirse plenos, productivos, aportar al sustento de sus familias, al suyo y a la sociedad.
Todos tenemos carencias físicas o emocionales, en algún grado, pero en la gran mayoría, éstas no nos limitan nuestra capacidad de trabajar, de emprender, de ser productivos.
Sin embargo, son muchísimas las personas en México y en el mundo que cuentan con algun tipo de discapacidad, que si bien les hace más difícil que a la mayoría trabajar, no les limita o excluye de esta posibilidad.
La Convención sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad de la ONU define la discapacidad como un: “concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con discapacidad y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.
Partamos de un principio básico, todos nacemos con los mísmos derechos, esos no limitan nuestras discapacidades por profundas que sean, el problema es que como sociedad no hemos sabido hacer valer estos derechos para todos.
Esto debe cambiar, es una deuda social que nos compromete a todos.
Y hoy, a más de un año de que inició el confinamiento por la pandemia del COVID-19, hemos descubierto herramientas de trabajo, como las videoconferencias, programas de operación empresarial, incluso el software tipo Office (Excel, PowerPoint, Word) permiten la colaboracion a distancia, lo que abre una puerta muy grande al logro de la inclusión laboral.
Hoy es aún más fácil dar trabajo a quienes han sido excluidos por sus capacidades diferentes.
Dentro de la responsabilidad social de las empresas (RSE) se debe entender el entorno de las zonas donde operamos, las carencias que prevalecen y en las que podemos tener un impacto social positivo.
Si podemos comprometernos como empresa con la inclusión laboral entenderemos que tenemos la capacidad de cambiar, de forma increíble, la vida de muchas personas a las que su discapacidad les ha dejado fuera del mercado laboral.
Fundación Teletón , en su página web, menciona algunos de los beneficios que logran las empresas que promueven la inclusión laboral:
Promover la inclusión laboral en la empresa no significa contratar a alguien que no está calificado para ocupar el puesto, no se debe sacrificar la eficiencia y productividad de la empresa por esto. Además, no sería justo con la persona a quien contratamos, la estaríamos poniendo en el camino al fracaso.
Pero sí da una oportunidad de igualdad con respecto a otro candidato.
Es fácil lograrlo al trabajar con organizaciones especialistas en esta materia, que ayudan a las empresas y a los candidatos a prepararse para la adecuada integración en la empresa a desarrollar el programa de inclusión laboral de forma adecuada.
Una organización que conozco bien, sé de su eficiencia, preparación, procesos, metodología, etcétera, es Fundación Paralife , con quienes tuve el privilegio de participar en su Consejo por más de 4 años, de implementar este tipo de programas en la empresa y ver los resultados generados, que superaron las expectativas de todos.
El trabajo que estas organizaciones desarrollan con las empresas se centra en análisis de puestos, taller de concientización, capacitación al equipo de capital humano, apoyo a la comunicación interna, análisis de las instalaciones de las empresas y detectar mejoras que permitan la inclusión (rampas, ancho de puertas, estaciones de trabajo, entre otras), asesoría para certificaciones y normas, detección de candidatos viables en la zona de operación, capacitación de los candidatos, pláticas con los equipos de trabajo sobre el trato justo y respetuoso para todos, seguimiento en el tiempo, evaluaciones de los trabajadores contratados y del programa.
Hemos visto empresas que han tenido iniciativas increíbles y exitosas en este sentido, la mayoria de los supermercados dan trabajo a adultos mayores, como empacadores de los productos que compran los clientes (sí, la discriminación por edad es otro tipo de exclusión laboral); estos adultos mayores lo realizan con una sonrisa, valoran su trabajo, les ha cambiado la vida (se acaba de anunciar que ya en el mes de mayo podrán regresar a trabajar tras haber sido vacunados).
No hay pretexto para no promover la inclusión laboral en México, sólo se requiere voluntad.
México será un mejor país. Tendremos una mejor sociedad cuando busquemos respetar y promover el derecho de todos al trabajo.
¡Sí se puede!
Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School) en la maestría ejecutiva “Owners, President Management Program, OPM “ en la generación 34, es miembro activo del Harvard Alumni Association, ha tomado diversos cursos en esta escuela relacionados con Microfinanzas, Gobierno Corporativo, entre otros; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Escríbele a hubardm@gmail.com. Síguelo en su cuenta de Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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