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Gestión Energética, una revolución para recuperar mipymes

La industria en general ha empezado a preguntarse cómo se puede ayudar a las mipymes para que puedan recuperarse, a pesar de estar en un clima de incertidumbre, opina Paolo Salerno.
vie 23 abril 2021 12:00 AM

(Expansión) - Los últimos tres años han sido para el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) dramáticos, sin respiro y en muchos casos, fatales.

Tan solo en el 2020 cerraron más de un millón de mipymes, un dato alarmante y desconcertante si se piensa que la mayoría de las empresas son familiares.

Dada la situación, la industria en general ha empezado a preguntarse cómo se puede ayudar a las mipymes para que puedan recuperarse y prosperar a pesar de estar en un clima de incertidumbre total.

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La pandemia por COVID-19 ha marcado al mundo entero, y si a esto se le suma una política económica nacional sin ayuda para las empresas, y una gran incertidumbre jurídica, el escenario no es de los más alentadores.

A pesar de lo anterior, para cada problema existe una solución, por lo que las reflexiones que aquí planteo van dirigidas a promover la Gestión Energética como vehículo para la recuperación y el crecimiento de las mipymes mexicanas. Ha llegado el momento de que la industria mexicana pase a la fase 2.0.

Pero, ¿qué es la Gestión Energética?

De forma sencilla se puede definir como la serie de procesos dirigidos a mejorar la calidad de energía de una instalación, a hacerla más eficiente y a generar ahorros tanto de energía como económicos para las mipymes.

El proceso de Gestión Energética nace y responde a las necesidades mundiales de ir reduciendo la huella de carbón en los procesos productivos, como elemento clave para la lucha contra cambio climático.

Así, independientemente de las políticas públicas de los países, las empresas de todo el mundo –especialmente las multinacionales– han iniciado con la implementación de procesos de Gestión Energética.

¿Cuáles son los elementos clave de la Gestión Energética?

El primero es la calidad de la energía. El proceso de Gestión Energética inicia propiamente del Código de Red como medio a través del cual se pueden lograr dos objetivos: el primero es tener un cuadro general del status quo de las instalaciones, y el segundo es mejorar la calidad de la energía que utilizan las mismas, para mejorar los procesos productivos.

Una vez realizado el primer paso, el segundo paso es realizar un plan de eficiencia energética que representa la base para la transformación de la empresa, tanto desde el punto de vista tecnológico, como del económico.

Muchas veces se piensa que se necesitan inversiones cuantiosas para poder implementar un plan de eficiencia energética, lo cual no es cierto.

En algunos casos, por ejemplo, existen medidas sin costos que hacen más eficientes los procesos, como lo es tener una metodología para encender las máquinas de trabajo.

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La falta de estrategia lleva a que se dispare la demanda máxima de la planta con desbalances de energía, por un lado, y con aumento de costos de tarifa, por el otro.

La tercera fase es la del ahorro, pero cabe señalar que no es que los procesos anteriores no generen ahorros energéticos y/o económicos, al contrario, lo que se quiere evidenciar es que esta última parte tiene como finalidad principal la de generar ahorros en términos económicos.

Las vías principales para lograr dicho ahorro son dos: suministro calificado –cuando se pueda–, y/o generación local.

En lo que corresponde el suministro calificado, la implementación del mercado eléctrico mayorista a raíz de la reforma energética de 2013, ha permitido a muchos usuarios encontrar esquemas para reducir un 15% promedio su costo con respecto a la tarifa eléctrica que estaban pagando con suministro básico.

Ahora bien, aunque sea cierto que el suministro calificado lleva ventajas económicas, lo ideal para una mipyme es poder generar su propia energía.

Los motivos son diversos: en primer lugar, la calidad de energía. No es lo mismo generar su propia energía, que consumir la que se transporta por las redes.

Segundo, los costos son muchos más controlables con respecto al mercado y, una vez pagada la inversión, entre 4 y 6 años dependiendo de la tecnología instalada, el costo de la energía se reduce sustancialmente.

Tercero, la generación in situ permite poder mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, a través de una distribución de los turnos de trabajo más flexible, y de una reducción de la contaminación, ya que no se necesita transportar la energía desde una central de generación hasta el centro de consumo.

En definitiva, la Gestión Energética es, sin lugar a dudas, un medio que permitiría a las mipymes mexicanas reducir su impacto ambiental en los procesos productivos, mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, reactivar la actividad económica del sector y ahorrar importantes cantidades de dinero.

Todo ello les permitiría ser mucho más competitivas en el mercado internacional, independientemente de las políticas públicas nacionales.

Nota del editor: Paolo Salerno es Doctor en Derecho y Managing Partner del despacho Salerno y Asociados Expertos en Energía, reconocido como mejor firma LATAM 2019 en Energías Renovables por Iberian Lawyers. Es profesor- investigador del Centro ITAM Energía y Recursos Naturales (CIERN-ITAM); Coordinador del Comité de Derecho Energético de la ANADE Querétaro; Consejero de Relaciones Institucionales del Clúster Energético de Querétaro, y uno de los 100 Líderes en Energía por la revista Petróleo & Energía. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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