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Emprender contra Goliat

El buen emprendedor acelera el proceso de reorganizar la forma en que su oficina gasta, en especial en activos no productivos, apunta Juan Saldívar.
mar 30 marzo 2021 12:01 AM
Emprendedor afectado por coronavirus - pandemia - cuarentena -confinamiento - desempleo - crisis empresarial
Worried owner with face mask at his small business

(Expansión) - Los tiempos que vivimos invitan a inyectarse vitamina de emprendedor. Enfrentamos un monstruo de mil cabezas (o Goliat) que se divierte y juega con nosotros, ofreciendo en cada una de sus caras tiempos llenos de conflicto, polarización, hostilidad, estancamiento, desigualdad y barreras de entrada.

Este monstruo se esfuerza por hacernos sentir derrotados aún antes de iniciar nuestra odisea, enfrentándonos con malas noticias, malos políticos, tiendas cerradas, amigos desempleados y jefes frustrados dentro de negocios y corporaciones; busca orillarnos hacia la frustración total, a resignarnos a esperar un inevitable resultado fatal.

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Vaya panorama tan oscuro el que dibujo como comienzo de un texto que busca justo lo contrario: empujar al lector a alzar la mirada hacia la luz de las oportunidades.

Vivimos en el punto, quizás, más contradictorio de nuestra historia contemporánea. Las malas noticias drenan nuestras energías, al tiempo que muchos se han activado con miras a generar y aprovechar las oportunidades históricas. ¿Qué están viendo estos empresarios y emprendedores (como estilo de vida) que la gran mayoría no logra distinguir?

Primero, ven cambios radicales en patrones de consumo de productos y servicios que por décadas durmieron sobre industrias estables y sistemas competitivos predecibles. Segundo, aprovechan las plataformas y el acceso al conocimiento para construir modelos de negocio que eran impensables en el pasado.

Por último, salivan ante un mercado global de 5,000 millones de personas con celular (110 millones en México) al que le pueden llegar a través de modelos de comunicación cada día más eficientes y predictivos.

La combinación de estos factores ha detonado inversiones de dimensiones importantes. De 2018 a 2020 se invirtieron más de 360,000 millones de dólares en venture capital, distribuidos entre más de 18,000 empresas a nivel global. En realidad, aunque parece oscuro el panorama, la moneda está en el aire en casi todas las industrias a tu alrededor:

¿Quiénes serán los nuevos líderes o dueños del mercado de los 70 millones de coches que se venden al año; de los 8.4 trillones de dólares que genera la industria de salud; de los 7.2 mil millones de dólares asociados al mercado de la educación o los 17.3 trillones que se derivan de la venta de comida y abarrotes?

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En las noches se hace evidente en nuestras casas que Netflix, Disney+, Spotify, MineCraft, Google y FaceBook desplazaron el negocio de la televisión abierta, los medios y la mercadotecnia tradicionales. Es impresionante cómo la industria de los videojuegos transitó, en un lapso de 15 años, de representar el 10% del valor de la industria del cine y la música hasta triplicar su valor combinado; ¡hoy vale 156,000 millones de dólares!

Los emprendedores exitosos ven justo estas tendencias y oportunidades. Actúan de forma rápida y eficiente para invertir en comercio electrónico y en áreas centradas en tecnología o procesos renovados: el futuro de la producción de ingredientes, de los procesos de manufactura, procesamiento de datos, ciberseguridad, mercadotecnia programática, Edtech, Health tech, entre otros.

Al mismo tiempo, el buen emprendedor acelera el proceso de reorganizar la forma en que su oficina gasta, en especial en activos no productivos. Además, enfoca sus inversiones en el desarrollo de destrezas competitivas, toma riesgos de inversión y escucha muy de cerca a su cliente para definir todos los puntos de atracción y fricción con miras a que la relación sea duradera.

Me gusta pensar en que el Goliat o monstruo que enfrentamos es como un pequeño diablillo que tenemos sentado sobre el hombro izquierdo, aconsejándonos que no nos atrevamos a levantar la mano para empujar nuestras ideas, que desistamos de actuar ante un mundo cambiante, que olvidemos la idea de capacitarnos para dominar destrezas del futuro o que busca aislarnos de personas que podrían inspirarnos, impulsarnos, sumarnos conocimiento o inclusive generarnos felicidad.

Nos toca tomar riesgos y salir de nuestro espacio de confort. Nos toca ser ejemplo de las nuevas generaciones para que ellas alcancen altas responsabilidades o construyan modelos de negocio y servicios de calidad mundial.

Nota del editor: Juan Saldivar es experto de medios, mercadotecnia digital, construcción de marcas, comercio electrónico y venture capital. Además es Chief Digital, Strategy & Accountability Officer de Entravision en Estados Unidos, socio fundador de SWS Consulting y socio de RiseCapital, un fondo de capital en economías en crecimiento. Su pasión está en el futuro de las marcas, del comercio, del diseño estructural de las empresas y el desarrollo de habilidades críticas para los negocios del futuro. En su pasado está la dirección de empresas como Submarino (de las primeras tiendas de eCommerce en México en los 90), del área digital de Televisa, de divisiones editoriales el grupo Alemán de medios Bertelsmann. Sigue SWSConsulting en Instagram, en Twitter como @Juan_Saldivar y/o escríbele a Juan@sws.ms

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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