Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Renovación de flota en México, ¿qué nos detiene?

Es urgente una renovación de flota para transportistas, ya que la entrada del T-MEC impulsó medidas restrictivas que mermarán la competitividad de las empresas mexicanas, opina Mauricio Medina.
vie 28 mayo 2021 12:02 AM

(Expansión) - Hace unos días me encontraba leyendo un informe que se anunciaba del avance en las ventas de vehículos de carga durante el primer trimestre de este año. En primera instancia, da la impresión de ser una buena noticia, tomando en cuenta el contexto de volatilidad e incertidumbre que aun atravesamos.

No obstante, analizar detenidamente la situación conduce hacia una conclusión más rigurosa; ese crecimiento podría, (y debería) ser mucho mayor.

Publicidad

La posición geográfica de México ha sido privilegiada; poseemos un lugar estratégico en el mercado internacional, compartiendo más de 3,000 kilómetros de frontera con la economía más poderosa del planeta. Asimismo, nuestros 9,330 kilómetros de línea costera nos han llevado a ser un puente histórico que conecta a oriente y occidente.

Esto nos recuerda el potencial de ser el centro logístico más importante de América Latina, característica que no hemos logrado capitalizar por diversas circunstancias.

El desarrollo de la industria logística en nuestro país sería un motor de crecimiento para la economía nacional y una de sus principales fuentes de ingreso, tal como lo ha sido para Países Bajos, que aprovechó tanto a su estratégica posición geográfica, como su histórica tradición naval para ofrecer servicios de logística y traslado de mercancías por todo el mundo.

Por tanto, el mínimo avance en la venta de vehículos de carga debería ser una noticia que encienda las alarmas de todos los actores participantes.

Si consultas en un buscador te darás cuenta de que las cifras oficiales (SCT) indican que la edad promedio del parque vehicular mexicano para el transporte de mercancías carga ronda los 20 años; siendo justo ese el inicio de los problemas.

Conforme avanza el tiempo y el uso, un vehículo pierde seguridad y valor de reventa, generando un mayor gasto de mantenimiento, lo que puede representar hasta el 18% del costo operativo de la unidad. Si lo combinamos al mayor consumo de combustible que necesita, el impacto en la rentabilidad de las transportistas es considerable.

No obstante, no estamos vislumbrando el mayor daño al medio ambiente debido a la cantidad de contaminantes que emiten los motores viejos a los que nos referimos.

Publicidad
La pandemia exigió cadena de suministros resilientes

En comparación con otros países miembros de la OCDE, que rondan una edad promedio de ocho años para sus flotas de carga, México se ha quedado muy relegado en la renovación de su parque vehicular.

Esta situación se torna más compleja cuando más del 70% de los productos que se trasladan en el país lo hacen mediante carretera. Es imprescindible que la flota de carga cuente con vehículos modernos que optimicen el consumo de combustible y que empleen tecnologías que garanticen el abastecimiento de productos esenciales con seguridad.

La competitividad del mercado mexicano depende de sus cadenas de suministro, una razón más para robustecer el programa de chatarrización que se tiene detenido desde el 2017.

Existe una necesidad urgente por disminuir la edad promedio de los vehículos de carga. No se trata de “subirse a la moda” por reducir el impacto ambiental en las emisiones de gases de efecto invernadero (que más que moda es un tema que debe abordarse a profundidad y con seriedad), sino de una necesidad por hacer más eficiente y competitivo a un sector fundamental que, dicho sea de paso, es la columna vertebral de la logística en México.

Pero, ¿cómo impulsar una renovación cuando más del 50% de la flota de transporte de carga está en un segmento de transportistas pequeños y hombres camión con nulo acceso al financiamiento debido a que su bajo nivel de profesionalización e informalidad?

La respuesta no es sencilla, por muchos años se ha tratado de apoyar a este segmento del transporte con resultados no muy favorables, pues uno de los principales impedimentos para la adquisición y/o financiamiento es el precio de un tractocamión, inversión que ronda los 3 millones de pesos, aunado a las pólizas de seguros, que están cercanas a los 300,000 por unidad.

Es urgente una renovación de flota para los transportistas, puesto que la entrada en vigor del T-MEC impulsó nuevas medidas restrictivas que mermarán la competitividad de las empresas mexicanas con respecto a sus pares de EU y Canadá.

Es momento que los actores involucrados en esta situación (públicos y privados) impulsen programas que permitan realizar este cambio. La pandemia nos ha obligado a transformarlos y migrar a soluciones que antes resultaban impensables.

Los créditos tradicionales y el endeudamiento no son la única herramienta disponible para dar solución a esta problemática.

El mundo comienza a girar hacia una logística cada vez más eficiente y menos contaminante, ¿podremos aprovechar nuestra privilegiada posición e impulsar a todas las industrias de un solo tirón?

Nota del editor: Mauricio Medina es director general de TIP México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

Publicidad

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad