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Empresas familiares, la base para apuntalar la recuperación económica

Toda empresa familiar debe tener un plan de continuidad comercial a corto plazo y un plan de sucesión a largo plazo, sugiere Juan Carlos Simón.
sáb 05 junio 2021 12:00 AM

(Expansión) - Es común encontrar que, sin importar el tamaño, en todas las crisis exista un mayor grado de optimismo entre las empresas familiares (EF). En el marco de la pandemia actual, el polvo levantado por la incertidumbre comienza a apaciguarse y entre las empresas familiares del mundo está surgiendo la pregunta, ¿cómo recuperar el crecimiento?

Los resultados de encuestas especializadas revelan que, al igual que los estragos de la pandemia, este optimismo es visto a largo plazo y con cautela por parte de las empresas familiares. Por ejemplo, en el reporte Credit Suisse Family 1000: Post the Pandemic, el 40% de las empresas familiares de distintos continentes confió en que recuperaría su estabilidad financiera en los próximos 12 meses.

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Al colocar la lupa sobre las EF mexicanas, nuestra Encuesta de Empresas Familiares 2021 mostró que más de la mitad (55%) de los encuestados espera un crecimiento en 2021. En tanto, el informe estadístico 2020 Nivel de progreso de las Empresas Familiares para lograr su continuidad y armonía, realizado por CIFEM–BBVA, reveló que el 82% de los encuestados afirmó tener confianza de que el negocio familiar logrará salir adelante en 2021.

En menor o mayor medida, las empresas familiares muestran un entusiasmo que no es gratuito; detrás existe un sistema de valores familiares, sentido de compromiso y orgullo, transferencia del conocimiento y una disposición al sacrificio personal que no posee ningún otro tipo de empresa.

Todos estos factores juegan en favor del crecimiento de las empresas familiares de México, y en consecuencia de la economía nacional, cuando son aprovechados en áreas clave.

Diversidad de oportunidades

Son muchas las formas en que las oportunidades de crecimiento pueden presentarse para las empresas familiares en México. Una de ellas es la diversificación. Pero antes de dar ese paso es primordial sustentar cualquier decisión con un estudio de mercado que permita obtener una imagen completa del nuevo mercado en el que se desea incursionar. Esto ayudará a identificar si se cuenta con las capacidades que el nuevo mercado demanda y si existe una necesidad real que signifique una oportunidad de negocio.

Otro de los retos que deben enfrentar las empresas familiares que deciden diversificarse, es superar egos para buscar asesoría fuera de la organización y ampliar la información sobre los nuevos mercados y, al mismo tiempo, adquirir nuevas habilidades y conocimientos necesarios para atender competitivamente la demanda.

Es posible que, una vez realizado el estudio de mercado, algunas EF descubran que aún no están listas para diversificarse. Esto puede ser benéfico, ya que evita tomar riesgos de manera innecesaria y puede arrojar luz sobre canales de mercado desconocidos para los productos o servicios que son parte del core del negocio.

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Formalización, un paso urgente

Las EF han cargado con tareas pendientes como la documentación y desarrollo de planes de sucesión, la exitosa transición entre generaciones y el involucramiento temprano de las generaciones jóvenes.

Toda empresa familiar debe tener un plan de continuidad comercial a corto plazo y un plan de sucesión a largo plazo. La pandemia llegó como un recordatorio de que las circunstancias pueden cambiar rápidamente, sin que las familias tengan control sobre ellas.

Suele decirse que un plan de sucesión que no está en papel y tinta, no existe. La responsabilidad de diseñar, formalizar y asegurar la ejecución de un plan de sucesión recae por completo en los líderes de las EF. Por complicada que suene la tarea, cualquier proyecto de plan de sucesión debe incluir y colaborar con toda la familia, incluyendo las terceras partes interesadas.

Si bien es obvio que los planes de sucesión deben desarrollarse para las nuevas generaciones que tomarán las riendas de la empresa, es importante que estos contemplen su capacitación oportuna e integral, siempre manteniendo en el radar los cambios generacionales y sus implicaciones para la continuidad del negocio. Tal vez las generaciones más jóvenes no estén interesadas en la administración del negocio que heredarán, pero el conocimiento de la operación es necesario para asegurar la continuidad del negocio en manos de la familia. La comunicación del plan de sucesión sería la última responsabilidad dentro de este proyecto para los líderes de las organizaciones familiares.

Si se aplican en estas tareas pendientes el espíritu empresarial y de innovación, así como la resiliencia generacional que caracterizan a las empresas familiares, será posible mejorar el éxito a largo plazo de los negocios que ayudar a construir una economía fortalecida y sostenible.

Nota del editor: Juan Carlos Simón es Socio Líder de Servicios a Empresas Familiares en PwC México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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