¿Aspirar a tener ese México está mal? ¡Claro que no!
Es lo mínimo que debemos lograr y se necesita de todos para conseguirlo.
El poder tener licenciatura, maestría, doctorado, es (desgraciadamente) un privilegio que no todos los mexicanos pueden tener, pero lograr adquirir esta educación conlleva mucho trabajo, tiempo y dedicación. Son en general quienes más fácil logran esa movilidad social, pero también, quienes generan grandes aportaciones a la sociedad.
Deberíamos aspirar a que cada día, más mexicanos puedan tener acceso a estos niveles de educación.
Necesitamos más empresas, empresarios de todos los tamaños. Como país, como sociedad, debemos contribuir a fomentar en el mercado las condiciones para lograrlo, es la única forma sustentable de crecer y mejorar la calidad de vida a través de los empleos bien remunerados. Hay que enseñar a pescar, no dar pescados.
No es casualidad que las más grandes civilizaciones de la historia son las que mayores aportaciones han generado para la humanidad.
Claro que no todas las aspiraciones son buenas, deben estar basadas en valores humanos, en el bien común, en el desarrollo personal y de la comunidad.
Tenemos ejemplos claros a lo largo de la historia, de personas de gran capacidad, inteligencia, liderazgo, que han tenido aspiraciones de poder, de conquista. Pensemos en Hitler, Stalin, Hugo Chávez, y la lista puede seguir a miles, que, por conseguir sus aspiraciones, han causado grandes daños a la humanidad y en sus países, millones de muertes, sufrimiento, pobreza, enfermedades.
¿Y qué hay de la aspiración a un mejor nivel de vida en lo económico? Es igual de válida, esto aporta a una economía más fuerte en cada comunidad, al crecimiento de las empresas, desde las micro hasta las grandes; circula el dinero que se va creando entre los mexicanos, permite el acceso a una mejor educación para los jóvenes, a la salud, vivienda, entretenimiento.
No, señor presidente, las aspiraciones sanas son base del desarrollo, del crecimiento del ser humano, de México.
Y ese México al que aspiramos todos podemos lograrlo con trabajo, responsabilidad social, generosidad y ¡con mucha paciencia! Las grandes metas normalmente toman mucho tiempo en lograrse y con muchas caídas en el camino, de las que nos levantamos porque aspiramos a que lograrlas es posible.
Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School) en la maestría ejecutiva “Owners, President Management Program, OPM “ en la generación 34, es miembro activo del Harvard Alumni Association, ha tomado diversos cursos en esta escuela relacionados con Microfinanzas, Gobierno Corporativo, entre otros; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Escríbele a hubardm@gmail.com. Síguelo en su cuenta de Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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