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Transporte sustentable y seguro, ¿es posible?

Si bien en las carreteras empezamos a ver vehículos híbridos y eléctricos, los camiones de bajas emisiones brillan por su ausencia, señala Mauricio Medina.
mié 30 junio 2021 12:05 AM

(Expansión) - Mucho se ha comentado sobre la importancia de una renovación integral de la flota de autotransporte en México , abordándola desde el punto de vista competitivo (operatividad y eficiencia), no obstante, hay un tercer rubro que es importante considerar, y que conlleva una gran relevancia y complejidad, el impacto medio ambiental.

El gran incremento de las actividades económicas realizadas durante los últimos años ha puesto en marcha la aceleración del cambio climático en todo el planeta, provocando graves alteraciones en la periodicidad de las estaciones, así como en la intensidad de los fenómenos naturales y la propia extinción de diversas especies.

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Estas consecuencias tempranas han llevado a considerar, en un consenso mundial, que es urgente disminuir de manera notable las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, propósito que es alcanzable a través de la reducción de la dependencia energética hacia los combustibles fósiles. Para lograrlo, se requiere de una acción conjunta de los tres sectores involucrados: sociedad, gobierno e iniciativa privada.

Para el caso de las industrias, particularmente la del transporte de mercancías, la iniciativa privada, que es encabezada por las grandes empresas transportistas y los fabricantes de camiones y tractocamiones, han buscado acelerar la migración hacia el uso de unidades de carga modernas que involucren la incorporación de tecnologías, cumpliendo con lo establecido en la NOM-044-SEMARNAT-2017, que indica los límites máximos permitidos para la emisión de partículas contaminantes, de acuerdo al peso de cada unidad.

En el caso del gobierno, la Semarnat diseñó e impulsó desde hace algunos la normativa antes mencionada, con la que buscaron establecer los máximos permisibles de emisiones de monóxidos de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos no metano, y otros gases contaminantes provenientes del escape de motores nuevos que utilizan el diésel como combustible.

Dicha norma indica también que, a partir del 1 de enero del 2022, sólo se podrán comercializar vehículos de carga que cumplan con los estándares de las normas internacionales Euro V y EPA 10, puesto que utilizarían diésel de ultra bajo azufre. No obstante, existe una gran problemática para lograr este avance: la incapacidad de Pemex por producir y distribuir a nivel nacional este tipo de combustible.

Este inconveniente ocasionará que las empresas transportistas no renueven su flota por una más limpia y segura, dada la imposibilidad de contar con este tipo de hidrocarburo, con lo que estarían incumpliendo el marco legal establecido por el gobierno. Por tanto, de mantenerse esta decisión, se produciría un duro golpe para las empresas, desde el ámbito que lo queramos ver.

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La renovación de la flota de carga del país seguirá posponiéndose, con lo que se afectará aún más la ralentizada venta de tractocamiones, lo que podría provocar un duro impacto en la economía debido a que, tradicionalmente, la venta de este tipo de vehículos ha estado ligado al comportamiento del PIB.

Asimismo, la baja colocación de vehículos mantendrá un impacto muy importante en México, generando que quede en entredicho la disminución de la huella de carbono de un sector responsable de generar la cuarta parte de las emisiones totales de estos gases contaminantes.

Si bien en las carreteras empezamos a ver vehículos híbridos y eléctricos, los camiones de bajas emisiones brillan por su ausencia, pero esto tendrá que cambiar a medida que los objetivos climáticos regionales obliguen a reducir drásticamente los contaminantes en el transporte de carga; los fabricantes de camiones se han dado cuenta del desafío y están luchando por presentar modelos cero emisiones, pero depender solo de las tecnologías de propulsión no será suficiente para limpiar el sector en el corto plazo.

Los camiones que contaminan están para quedarse aún por algunos años, por eso es importante seguir prestando atención a las formas alternativas de reducir las emisiones.

Nota del editor: Mauricio Medina es director general de TIP México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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