Para avanzar en la construcción de dicho equilibrio, la Economía Circular amplía la visión tradicional centrada en los residuos, poniendo atención en todas las etapas del ciclo de vida de productos y servicios. Las 3 Rs (Reducir, Reutilizar y Reciclar) que desde hace décadas han constituido el paradigma para la gestión son, en el marco de la Economía Circular, sólo parte de las estrategias que deben aplicarse, en conjunto con acciones de recuperación, rediseño, reparación, remanufactura y aprovechamiento en cascadas, entre muchas otras posibilidades que permiten transformar el modelo lineal de producción-consumo-desecho.
La Economía Circular plantea, por tanto, la necesidad de generar nuevos escenarios y fortalecer aquellas vías de recuperación que ya existen, manteniendo como meta la preservación de los recursos. Un ejemplo claro es el tema del reciclaje: si bien no es el único elemento, ni el más relevante en este tipo de economía, su incremento (al doble) se considera como uno de los aspectos clave en la preservación de los ecosistemas marinos, de acuerdo con el artículo Evaluating scenarios toward zero plastic pollution.
¿Y entonces, es viable la Economía Circular en México? para responder esta pregunta debemos tener claro que no constituye una meta, como tal, sino de un conjunto de principios que deberían orientar la producción, el consumo y la gestión de recursos. Al aplicarlos, una empresa, gobierno, grupo o conjunto de personas puede acercarse a la circularidad; sin embargo, constituye una tarea en construcción permanente, debido al carácter dinámico de las interacciones entre todos los actores y elementos.
Avanzar hacia la economía circular, entonces, depende en gran medida de la creación de condiciones que favorezcan los principios que ésta plantea:
1. Actualizar el marco regulatorio para que sea consistente y orientado al aprovechamiento sustentable de los recursos. En México tenemos desde 2003 la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), que incluye muchos de los elementos clave en la Economía Circular; sin embargo, es necesario no sólo revisarla, sino generar los mecanismos que garanticen su cumplimiento.
Se requiere, además, articular los principios de protección ambiental que ahí se plantean con las regulaciones y políticas en otros ámbitos, de forma que se promuevan estrategias transversales, aplicables en los distintos órdenes de gobierno.