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¿Es viable la Economía Circular en México?

Necesitamos una economía circular a la mexicana, en cuya construcción se requiere de la participación del gobierno, iniciativa privada, grupos sociales y academia, apunta Alethia Vázquez Morillas.
vie 16 julio 2021 12:06 AM

(Expansión) - En años recientes la Economía Circular ha entrado en nuestra vida a través de su constante mención en foros de discusión, mensajes gubernamentales, e incluso nuestras redes sociales personales. Ha surgido como una vía hacia un modelo económico y productivo más sustentable, que promueve el aprovechamiento máximo de los recursos que extraemos del planeta, a través de su permanencia en los ciclos productivos y de consumo, en forma similar a lo que ocurre en los ciclos naturales.

Se plantea así, como una forma de enfrentar la extracción excesiva de recursos naturales, al tiempo que se disminuye el impacto generado por la generación de residuos, con ello se busca orientar el desarrollo hacia un sistema más equilibrado, que permita la conservación sin detener el crecimiento.

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Para avanzar en la construcción de dicho equilibrio, la Economía Circular amplía la visión tradicional centrada en los residuos, poniendo atención en todas las etapas del ciclo de vida de productos y servicios. Las 3 Rs (Reducir, Reutilizar y Reciclar) que desde hace décadas han constituido el paradigma para la gestión son, en el marco de la Economía Circular, sólo parte de las estrategias que deben aplicarse, en conjunto con acciones de recuperación, rediseño, reparación, remanufactura y aprovechamiento en cascadas, entre muchas otras posibilidades que permiten transformar el modelo lineal de producción-consumo-desecho.

La Economía Circular plantea, por tanto, la necesidad de generar nuevos escenarios y fortalecer aquellas vías de recuperación que ya existen, manteniendo como meta la preservación de los recursos. Un ejemplo claro es el tema del reciclaje: si bien no es el único elemento, ni el más relevante en este tipo de economía, su incremento (al doble) se considera como uno de los aspectos clave en la preservación de los ecosistemas marinos, de acuerdo con el artículo Evaluating scenarios toward zero plastic pollution.

¿Y entonces, es viable la Economía Circular en México? para responder esta pregunta debemos tener claro que no constituye una meta, como tal, sino de un conjunto de principios que deberían orientar la producción, el consumo y la gestión de recursos. Al aplicarlos, una empresa, gobierno, grupo o conjunto de personas puede acercarse a la circularidad; sin embargo, constituye una tarea en construcción permanente, debido al carácter dinámico de las interacciones entre todos los actores y elementos.

Avanzar hacia la economía circular, entonces, depende en gran medida de la creación de condiciones que favorezcan los principios que ésta plantea:

1. Actualizar el marco regulatorio para que sea consistente y orientado al aprovechamiento sustentable de los recursos. En México tenemos desde 2003 la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), que incluye muchos de los elementos clave en la Economía Circular; sin embargo, es necesario no sólo revisarla, sino generar los mecanismos que garanticen su cumplimiento.

Se requiere, además, articular los principios de protección ambiental que ahí se plantean con las regulaciones y políticas en otros ámbitos, de forma que se promuevan estrategias transversales, aplicables en los distintos órdenes de gobierno.

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2. Adaptar las estrategias al contexto mexicano. Entender que los sistemas productivos y las cadenas de valor del país presentan características específicas, que hacen inviable en muchos casos la aplicación directa de estrategias que se han implementado con éxito en otros contextos.

Un ejemplo claro es nuestro sistema de gestión de residuos, en el que la separación de residuos en la fuente sigue siendo una excepción, más que la regla, y la mayor parte de los desechos generados tiene como destino un sitio de disposición, de acuerdo con el Diagnóstico básico para la gestión integral de los residuos de la SEMARNAT.

3. Integrar al sector informal, el cual constituye un eslabón básico en la recuperación de materiales secundarios y su posibilidad de valorización (Banco Interamericano de Desarrollo ). Esto no quiere decir que sea imposible avanzar, simplemente indica claramente que los procesos de construcción de la economía circular deben adecuarse al contexto, atendiendo a las condiciones y prioridades locales.

Necesitamos, por tanto, una economía circular a la mexicana, en cuya construcción se requiere de la participación de todos los sectores – gobierno, iniciativa privada, grupos sociales, academia – para alcanzar acuerdos en los que todas las partes adquieran compromisos claros en la búsqueda de un bien común. Y debemos tener claro que la economía circular es un elemento necesario, más no suficiente, pues debe articularse con medidas que promuevan el bienestar, la inclusión, el desarrollo local y la salud de nuestros ecosistemas.

Nota del editor: Alethia Vázquez Morillas es doctora en Ciencias e Ingeniería Ambiental, integrante de la campaña Vida Circular. Es profesora e investigadora con especialización en la gestión de residuos plásticos en la Universidad Autónoma Metropolitana. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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