Por más que los factores ASG se puedan interpretar como una moda pasajera dentro del mundo financiero, las inversiones con énfasis en la responsabilidad social llegaron para quedarse.
El primer mito es que la inversión ASG se basa en un enfoque único. La realidad es que dentro de una estrategia de inversión apegada a ASG, el inversionista se encuentra frente a múltiples formas de implementar estos factores. En caso de que se decida invertir con un gestor de activos, estos desarrollan sus estrategias ASG de varias formas.
Ejemplo de esto son la interacción directa con las compañías en las que invierten y las inversiones de impacto, que se definen como dos maneras distintas de tener participación directa en una actividad que genere un impacto positivo en el medio ambiente o en la sociedad.
Otra manera en la cual un administrador puede implementar una estrategia ASG es a través del análisis técnico y aplicación de filtros al portafolio de inversión, con la finalidad de excluir ciertos sectores no deseados, por ejemplo: bebidas alcohólicas, tabaco, entretenimiento para adultos, entre otros. Todos estos componentes son diferentes, por lo que es difícil definir qué es ASG sin explicar cada componente.
El segundo mito es que la decisión prudente de inversión ASG es única para todos. Un enfoque ASG puede ser diferente según las necesidades y preferencias de cada inversionista. ASG es un enfoque a la medida con base en los objetivos y metas de cada individuo, por lo que no existe una solución única para todos.
El tercer concepto erróneo es que las anécdotas sirven de evidencia o como prueba de que ASG tiene valor financiero agregado. Existe un gran sesgo de confirmación sobre este tema. Los inversionistas creen en los factores ASG -o no-, por lo que existe una gran cantidad de investigaciones y comentarios sesgados que pueden generar ruido al momento de tomar una decisión de inversión.
Hay estudios académicos que muestran que ha habido más investigación de ASG en los últimos cinco años que en la totalidad de la investigación de ASG realizada antes de eso. Los inversionistas tienen acceso a una gran cantidad de investigación, por lo que el desafío es comprender completamente ambos lados de la ecuación.
Otro de los mitos más importantes es que las clasificaciones ASG son todas la mismas. De hecho, las clasificaciones ASG son complejas de hacer, hoy en día no están estandarizadas y el reporteo de las mismas no es obligatorio para las empresas. Los investigadores académicos y los proveedores de calificaciones, que actualmente existen alrededor de 60, enfrentan desafíos al momento de crear clasificaciones ASG de aplicación general donde todos estén de acuerdo.
Esto significa que la calificación ASG para una empresa puede variar según el proveedor y la metodología utilizada para calificarla. Los diferentes componentes, las diversas dimensiones y clasificaciones de lo que es ASG, impulsan las discrepancias en las calificaciones. La debida diligencia seguirá siendo un elemento crítico para toda estrategia ASG, dado el conjunto diverso de metodologías de calificaciones.