El camino, tal como lo vemos en la industria petrolera, será cuesta arriba. Una muestra no menor que refleja el reto que enfrentan los más grandes inversionistas en el país en este cambio de pensamiento, es que sólo 4 de las 11 Afores que conforman el sistema son signatarias de los Principios para una Inversión Responsable, los lineamientos de Naciones Unidas que definen una estrategia y práctica que incorpora los factores ASG en las decisiones de inversión y la administración de activos.
Entre las Afores que se han comprometido con estos lineamientos se encuentran Afore Banorte XXI, Citibanamex, Sura y Profuturo. Estas mismas firmas son miembros del Consejo Consultivo de Finanzas Verdes, un organismo que integra al sector público y privado para desarrollar un mercado financiero sostenible. La labor del resto de las Afores es aún una incógnita para sus ahorradores y los reguladores.
“Hay un par que sí habían avanzado por iniciativa propia, pero el resto del sector no tienen (los criterios ASG)”, comenta Ballinas. Incluso, el funcionario señala que la nueva regulación no estuvo fuera de polémica. Las Afores “no querían que les impusiéramos estas obligaciones y por eso la circular tiene un transitorio (que les da tiempo de incorporar los factores ASG en 2022)”.
Sin embargo, la Asociación Mexicana de Afores insiste que el gremio avanza “muy rápido” en adoptar estos criterios, aunque reconoce que hay una cierta disparidad. “Las capacidades son distintas. Hay Afores que tienen mucho más personal específico capacitado”, señala Álvaro Melendez, vicepresidente técnico de Amafore.
Para entender cómo podría evaluar el regulador estos factores a partir de 2022, aquí un ejemplo hipotético que esbozó el directivo de la Consar: si una Afore invierte en un instrumento pasivo (que replica el comportamiento de un índice) denominado ASG, pero no tiene una metodología y no utiliza evaluaciones de una firma independiente sobre activos sostenibles, la Afore sería sancionada.
“El tema ESG no puede ir por la inversión pasiva. El rasero lo vamos a poner nosotros. Si yo analizo tu metodología y veo que es una vacilada, te voy a multar”, advierte Ballinas. Las multas mínimas comienzan en 87,000 pesos por cada portafolio (son 10 portafolios por cada Afore), según datos de la Consar.
Lo cierto es que desde la publicación del cambio regulatorio, la Amafore optó por crear un subcomité de inversiones de ASG. Actualmente, la asociación que agrupa a nueve Afores establece estándares mínimos para las inversiones sostenibles, homóloga herramientas y metodologías, y traza una ruta de trabajo para adoptar los criterios ASG.
“Hemos tratado de autorregularnos más allá de lo que pide la regulación y tratar de tener las mejores prácticas internacionales en el tema”, asegura Melendez. La primera meta que vislumbra la Consar para 2024 es que cerca de un tercio del portafolio de capital global -que representa 40% del portafolio total- de las sociedades de inversión de las Afores cuente ya con criterios ASG. “Es algo que pensamos que se dará orgánicamente. No pensamos poner un límite”, comenta Ballinas.