Alcanzar la sustentabilidad a través de las empresas, el objetivo de Ana Karen Mora
En un escenario donde se realice un análisis financiero incorrecto (sumándole la probabilidad de que la información ESG disponible sea de baja calidad), podríamos fomentar el crecimiento de un mercado con proyectos empresariales e instrumentos financieros con beneficios ambientales y sociales erróneos o falsos. Del lado empresarial, informar mal o no saber cómo hacerlo nos llevaría a una situación de greenwashing (o ESGwashing) y, del lado de los inversionistas (públicos y privados), hacer valuaciones erróneas generaría investmentwashing.
Si bien debemos evitar ambas situaciones, ya que sin duda debilitarían el proceso de transición hacia una economía sustentable y baja en carbono, es justo decir que el mercado aún está en el camino para saber cómo determinar el costo de incluir los estándares ESG o no en sus decisiones de inversión.
Encuestas hechas recientemente en diversos países han revelado que muchos inversionistas no creen en los reportes ESG de las empresas. El problema es justo el planteado aquí: generación de mala información y limitada capacidad de análisis. Pocas personas saben del tema y, frecuentemente, las empresas describen y reportan evaluaciones meramente cualitativas, más que datos numéricos.
¿Cómo puede el mercado asegurarse si una empresa realiza adecuadamente su operación bajo estándares ESG y revela correctamente sus resultados? Afortunadamente, dentro del mercado se están formando los eslabones de una cadena de valor que trabajan para este fin.
Existen aquellas empresas que están construyendo estándares de divulgación, marcos de referencia y cuestionarios (TCFD, SASB, GRI, CDP, entre otras); están los agregadores de datos (Bloomberg, MCSI, Refinitiv y más), los auditores (EY, KPMG, PWC y Deloitte) y, por último, los evaluadores que generalmente son agencias calificadoras de valores que están incorporando estos temas en su análisis crediticio o simplemente generando reportes de segunda opinión útiles para el público inversionista.
El objetivo de todo esto al final es que cualquier participante del mercado (empresas, inversionistas, reguladores, etc) sepa cómo emprender el camino hacia la sustentabilidad tomando decisiones basadas en criterios claros, verificables y comparables; y que le permitan valuar correctamente tanto una política sustentable particular como un instrumento financiero, evitando el greenwashing y el investmentwashing.
Conocer e incorporar los estándares ESG, en nuestro día a día, es un buen negocio para todos; ya que impulsaría la innovación, la productividad, la rentabilidad e incluso podría abrir nuevas oportunidades de financiamiento.
Nota del editor: Roberto Ballinez es Director Ejecutivo senior de Deuda Subnacional e infraestructura en HR Ratings. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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