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Las mujeres y niñas en Afganistán, a la espera de grandes retrocesos

El uso de la violencia, el abuso y el miedo como formas de ejercer poder durante el gobierno Talibán a finales de los años 90 no debe olvidarse, opina Fernanda Vidal Correa.
vie 20 agosto 2021 12:09 AM

(Expansión) - El pasado domingo 15 de agosto los talibanes entraron sin mucha resistencia a la ciudad de Kabul, capital de Afganistán. La caída del gobierno liderado por Ashraf Ghani era inminente, si bien la velocidad del avance Talibán fue más rápido de lo que se esperaba. Los miles de millones de dólares invertidos en entrenar a las fuerzas afganas locales no bastaron para retrasar la avanzada.

Estrategias más sofisticadas y efectivas, el uso de sobornos y la desmotivación del Ejército afgano desde la retirada de las fuerzas occidentales, bastaron para que se diera un desenlace perfecto, al menos para el nuevo gobierno Talibán.

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La llegada de este grupo político de carácter fundamentalista sunní levanta muchas preguntas en diversos frentes: implicaciones geopolíticas en la región, avance y fortaleza de grupos terroristas, y los derechos de mujeres y niñas en este nuevo régimen, entre otros.

Específicamente en el caso de las mujeres y niñas en ese país, los retrocesos no se han hecho esperar. En Kabul, los escaparates con fotografías de mujeres son borrados o eliminados. Las mujeres se apresuran a borrar cualquier historia de vida que pudiera ser contraria al nuevo régimen, incluidos sus estudios y certificaciones. Las pocas mujeres en el gobierno, como la ministra de Educación Rangina Hamidi, así como muchas periodistas, han expresado temor por sus vidas.

La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, escribió en Twitter el lunes: "Una tragedia se desarrolla frente a nuestros ojos". Y es que la situación de las mujeres y niñas durante el régimen Talibán a finales del siglo XX hace presuponer que las mismas precariedades y violaciones de derechos humanos se podrían observar de nuevo.

Durante el régimen Talibán, a finales de los años 90, las mujeres y niñas vivían en una situación deplorable, sin derechos y sin posibilidades de una mejor vida. Las mujeres y niñas que deseaban una educación tenían que hacerlo en escuelas clandestinas, donde ellas y sus maestras corrían el riesgo de ser ejecutadas.

No podían salir de sus casas sin un acompañante masculino, y muchas de ellas fueron flageladas públicamente por supuestas violaciones a la ley Islámica, incluso muchas fueron ejecutadas. Datos de Amnistía Internacional señalaban que los matrimonios infantiles y forzados eran comunes.

Con la caída del régimen Talibán se presentaron algunas mejoras. Incluso, muchas mujeres jóvenes el día de hoy desconocen por experiencia propia las limitaciones impuestas por ese régimen. A pesar de importantes barreras que aún existen, han habido mejoras notables en el empoderamiento de las mujeres y niñas en diversas áreas.

Dentro de los logros es posible destacar la promulgación de una constitución nacional que garantiza la igualdad de derechos, así como la adopción del Plan Nacional de Promoción de la Mujer de Afganistán 2008-2018.

Si bien décadas de conflictos en ese país resultaron en una alfabetización limitada, especialmente entre mujeres y niñas, en las elecciones parlamentarias de 2010, 400 mujeres participaron como candidatas, y muchas otras fueron, por primera vez, observadoras electorales en las 34 provincias de Afganistán. Hasta antes de la entrada de los talibanes el pasado domingo, el 27.7% de los escaños en el Parlamento estaban ocupados por mujeres.

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¿Qué está pasando en Afganistán? Algunas claves para entenderlo

El nuevo gobierno Talibán, después de una de las primeras conferencias de prensa, ha asegurado que las mujeres afganas tendrán derechos en el marco de la ley islámica. La Sharia, o sistema legal del Islam, se basa en el Corán, Hadiths y Fatwas. Sin embargo, hay tantas interpretaciones de lo que realmente significa la Sharia que existen diferencias importantes entre los países musulmanes.

Algunas interpretaciones de la ley Islámica permiten castigos que incluyen la amputación y la lapidación, así como el trato desigual de las mujeres en cuanto a su herencia, la vestimenta que pueden usar y la independencia con la que se pueden desenvolver socialmente.

En todo el mundo musulmán, la Sharia se cita como "fuente" a través de la cual se puede legislar. Esto incluye el ámbito familiar e incluso la situación personal de cada individuo. Por ello, las mujeres usualmente son las más afectadas. Interpretaciones más estrictas de la ley Islámica significa que a menudo las mujeres y las niñas no tienen los mismos derechos que los hombres, especialmente cuando se trata de asuntos como el matrimonio, el divorcio y la herencia.

Los contrastes se observan, por ejemplo, entre una sociedad iraquí relativamente liberal, sobre todo si se compara con el conservador Irán. La constitución de 2005 de Irak garantiza la igualdad entre hombre y mujeres. Mientras tanto, en Irán, las mujeres tienen una libertad de movimiento limitada. En Arabia Saudita, hasta hace poco, la interpretación de la Sharia limitaba los viajes y el empleo de las mujeres e incluso su derecho a conducir un auto.

Las intenciones del nuevo gobierno de respetar, en el marco de la ley Islámica, los derechos de las mujeres, puede estar también aunado al interés que tiene este gobierno de proyectar una ideología moderada. Con ello se pretende evitar que la comunidad internacional aísle a este nuevo gobierno, como sucedió en los 90.

Sin embargo, cualquier consideración que se pueda tener al llamado que está realizando el gobierno Talibán para que las mujeres se reintegren a sus actividades laborales deberá de ser tomada con cautela y escepticismo. El uso de la violencia, el abuso y el miedo como formas de ejercer poder durante el gobierno Talibán a finales de los años 90 no debe de olvidarse.

Nota del editor: Fernanda Vidal Correa es profesora investigadora de la Universidad Panamericana. Síguela en Twitter , LinkedIn y/o escríbele a mvidal@up.edu.mx . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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