Mujeres en Afganistán: La desesperanza por el ascenso talibán
Fue la falta de una coordinación entre los mandos medios y superiores lo que fragmentó a la defensa afgana. La capacitación se enfocó en las áreas más operativas y directas, mientras que los cargos altos y la parte de inteligencia permanecieron desarticuladas.
En tercer lugar, envía mensajes equívocos a sus aliados y enemigos. Tras la salida de tropas estadounidenses, era evidente que la OTAN reciprocaría la acción. Muchos países que suelen inclinarse por Washington ante estos escenarios, cuestionaron la rapidez con la que se llevó a cabo el plan, sin contemplar los efectos en los plazos mediano y largo.
Países rivales como China aprovecharon la coyuntura para fortalecer su imagen y capitalizar la falibilidad de Washington. Al interior, los opositores políticos como Trump no han perdido oportunidad para criticarlo e insistir en que los republicanos lo hubieran manejado mejor.
Finalmente, los servicios de inteligencia de EU padecieron de una miopía para anticipar los ataques del frente talibán. Incluso Biden, al sostener su decisión, aseguró que no había manera de que las ciudades y el gobierno afganos fueran sometidos por los talibanes. Incluso, indicó que, de ser el caso, el grupo extremista ganaría terreno y poder en 18 meses.
Semanas antes de siquiera oficializar la retirada, Kabul caía en manos talibanes y el presidente de Afganistán escapó ante el peligro y la derrota inminentes.
Biden consideró innecesario el costo económico y el desgaste de conservar elementos militares en Afganistán ante el incumplimiento del objetivo inicial. Washington no tiene cabida ya como la policía del sistema internacional. No obstante, éste puede ser el caso que marque la diferencia.
El presidente demócrata se ha caracterizado por su firmeza en proceder con sus promesas de campaña. Cabe recordar que, cuando algo se vuelve extremadamente rígido, cualquier fricción o tensión lo empuja al punto de quiebre.
Nota del editor: Antonio Michel estudió Relaciones Internacionales en el ITAM, donde es profesor, y tiene una Maestría en Administración Pública por la Universidad de Maxwell. Trabajó casi 7 años en la Administración Pública Federal, en las secretarías de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social, Energía y Gobernación. Su pasión son los asuntos internacionales, los asuntos políticos y la administración pública. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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