El tema de la privacidad de la información y sus riesgos está en todas partes, en noticias, series de televisión y redes sociales. La polémica entre los que señalan que la privacidad en internet no existe frente a los que argumentan que sí está cada día más en auge. La pandemia vino a confirmarnos lo fundamental que es proteger la información que compartimos y los canales que utilizamos para hacerlo, sobre todo en el entorno digital.
A lo largo de tres décadas, el internet ha brindado múltiples beneficios para las personas, organizaciones y gobiernos. Hoy prescindir de él no es una opción. Estar conectados se ha vuelto necesario para vivir en sociedad e indispensable para sobrellevar el contexto que vivimos ahora. Con cada click, cada like, cada compra, cada sitio web visitado, generamos información que se asocia a nosotros y nos identifica o nos hace identificables (definición legal de datos personales), conformando nuestra huella digital. Además, muchas veces, sin pensarlo o sin entenderlo, concedemos permisos para que distintas aplicaciones y sitios web usen nuestra información.
Los datos son un recurso extraordinariamente valioso, pero en muchas ocasiones se ignora que el derecho de protección de datos personales se relaciona directamente con la libertad y dignidad de las personas. En el marco de la emergencia sanitaria, los datos han sido una herramienta vital para realizar diagnósticos médicos, llevar el registro de casos positivos o dar continuidad a los tratamientos. Hoy más que nunca es indispensable tener un manejo responsable de esta información sensible relacionada con la salud e integridad de miles de personas.