A pesar de que la inversión privada cayó en el 2020 -19.9% respecto al 2019 representó el 86% del total de la inversión y la inversión pública cayó el -7.7% y solo represanta el 14%.
Es decir, todos estos datos nos indican que la inversión en México ya venía cayendo antes de la pandemia y se incrementó con el brutal golpe que sufrió el año pasado. Sin embargo, no todo ha sido culpa de la pandemia, durante el gobierno del presidente López Obrador no se han enviado las señales adecuadas para tener más inversión.
El objetivo debe ser tener al menos 5% del PIB en inversión pública y 20% del PIB en inversión privada, para tener un 25% que nos permita tener más empleos y mayor crecimiento económico.
La inversión es el motor de la economía, no solo es que las empresas puedan crecer, sino que, al facilitar la creación de empresas, atraer nuevas inversiones de otros países y además invertir en investigación y desarrollo, podríamos tener una economía del conocimiento en la que puedan participar millones de mexicanos; por esa razón es importante mejorar la calidad educativa de nuestro país.
Además, es importante que el gobierno invierta en proyectos de infraestructura que sean viables y rentables en el corto y largo plazo. Se necesita mayor infraestructura de transporte, puertos, servicios básicos, carreteras entre otros.
También es importante que las empresas puedan participar en proyectos de forma conjunta con el gobierno, para que México pueda participar en las nuevas tecnologías y temas energéticos, como en los países desarrollados.
Gracias a la inversión, particularmente la privada, se pueden mejorar las oportunidades laborales de millones de personas. Hasta el momento no se ha “inventado” alguna nueva forma para mejorar el bienestar de las personas porque está demostrado que vivir de subsidios o “regalar” dinero solo son placebos.
Las personas deben tener la libertad para poder trabajar o para poder emprender y crear algún negocio, es la forma más digna para que puedan tener una mayor libertad económica.