Si se define al bienestar de manera estricta de acuerdo con la RAE, podría ser “El estado de la persona en el que se le hace sensible el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica” o, “Vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad”. Entonces se está hablando que el bienestar es un trabajo constante, independiente a la situación pandémica actual, pero evidenciado todavía más por la misma.
De acuerdo con la encuesta “2021 Wellbeing Diagnostic” realizada por Willis Towers Watson a 588 empresas de diferentes países de Latinoamérica, solo el 34% de los empleadores tiene una estrategia o plan de acción de salud mental para toda la organización, mientras que el 43% está planeando o considerando implementar una estrategia para 2024.
Esto señala claramente cómo el interés por el bienestar ha ido en aumento entre los empleadores, pero quienes realmente han marcado la pauta son los empleados. En mi opinión, el bienestar, como bien lo indica su definición gramatical, se trata de un estado completamente personal, pero que es susceptible de alterarse por cualquier cantidad de situaciones y estímulos, mismos que marcan la pauta de la salud.
Además de herramientas externas que pueden colaborar en la búsqueda de un estado de bienestar, existen otras que pueden funcionar de forma personal. Creo que la energía es movimiento y pasar tanto tiempo sentados en el mismo lugar, por consiguiente, reducirá el nivel de energía.
Hacer una pausa, tomar un breve descanso, realizar algunas respiraciones profundas y mover un poco el cuerpo deben ser parte fundamental de las agendas laborales. Sin embargo, también existen algunos otros sistemas y técnicas que se han utilizado por varios años con resultados muy positivos.
Un ejemplo es el Biomovimiento, un sistema de entrenamiento corporal y mental que tiene como objetivo principal la salud integral de las personas a través de la combinación de varias disciplinas como la danza, la meditación, la relajación y el autoconocimiento con el objetivo de promover el desarrollo creativo y la productividad en cualquier ámbito de la vida.
Otro es la Técnica Pomodoro, una técnica de administración del tiempo desarrollada por Francesco Cirillo, ingeniero informático, que busca mejorar la productividad, así como la agilidad mental. Ésta consiste en dividir el tiempo en pomodoros -bloques de 25 minutos- separados por pausas de descanso de cinco minutos que impliquen un compromiso de tener espacios de concentración total, pero también de descanso total.