En este sentido, desde hace tiempo los expertos en salud laboral advierten de un fenómeno que está cobrando protagonismo en este ámbito: el síndrome boreout, un cuadro de síntomas causado por el aburrimiento crónico en el trabajo, desencadenando problemas de salud por ansiedad y estrés.
Un colaborador con boreout puede presentar síntomas que ponen el riesgo su bienestar, como cansancio físico y mental, bloqueo ante situaciones de estrés, así como apatía para llevar a cabo sus actividades laborales. Un colaborador con “aburrimiento extremo” podría, incluso, pasar su tiempo en la oficina esperando el tiempo de salida sin haber realizado una sola de sus actividades laborales, afectando el flujo de trabajo y obstaculizando el rendimiento de los equipos. Además, esta falta de motivación podría derivar en absentismo y abandonamiento del empleo.
El aburrimiento laboral puede deberse a muchas causas, desde políticas inadecuadas de la empresa, falta de liderazgo y planeación, lugares de trabajo poco cómodos y funcionales, tareas repetitivas y estancamiento laboral, hasta sobre cualificación del colaborador para desempeñar sus funciones, entre otras.
Normalmente detrás de este síndrome se encuentran errores y problemas en el sistema de trabajo o en la empresa, que llevan a los colaboradores a la desmotivación y al hastío. Así que, la clave para la prevención del boreout está en poner el foco en el trabajador para mejorar su experiencia y motivación y así, recibir a cambio, su productividad.
Además, una cultura de bienestar dentro de una organización radica en hacerlos sentir que son parte de una organización que se preocupa por ellos, que sabe escuchar y responder a sus inquietudes. Un ejemplo es animar a los empleados a hacer válidos sus derechos sin sentirse culpables, como tomarse los días de vacaciones a los que tienen derecho, por ejemplo. Fomentar la realización de descansos regulares durante la jornada laboral mejorará también su entusiasmo, además de su salud física y mental.
Realizar intervenciones de prevención y revisar de forma regular las dinámicas de trabajo y las circunstancias personales con el área de recursos humanos, son recomendables para evitar el síndrome boreout. Asimismo, asignar nuevas tareas y proyectos de forma puntual, establecer reuniones periódicas para dar feedback, son estrategias que pueden aportar dinamismo a las actividades rutinarias.