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La diferencia entre soñar y emprender

Todos los buenos proyectos comienzan con una gran idea, pero convertir una idea en algo tangible y factible es algo que se trabaja día a día con objetivos claros, señala Ricardo Triana.
jue 28 octubre 2021 11:59 PM
Primer paso.
Convertir las ideas en realidad no es fácil. Soñar puede ser divertido y emocionante, pero sin los pasos claves para llevarlo a cabo solo se convierten en una simple posibilidad, destaca Ricardo Triana.

(Expansión) - Todos hemos tenido que enfrentar inmensos desafíos estos últimos años. Como resultado, algunos dejaron en suspenso sus vidas y proyectos importantes. Mientras continuamos navegando en un nuevo ecosistema de trabajo, son cada vez más personas las que están listas para hacer cambios, continuar lo que dejaron pendiente o comenzar de nuevo, con el objetivo de convertir sus sueños e ideas en realidad.

Si bien la vida como estábamos acostumbrados y los proyectos que teníamos mapeados pudieron haberse quedado en suspenso, las personas se reinventaron y se tomaron el tiempo para desarrollar metas más grandes, de mayor impacto e incluso diferentes a lo que pudieron haber realizado si no hubiera existido la pandemia.

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Ahora, a medida que el mundo se va abriendo de nuevo, nos sentimos ansiosos por volver al trabajo y emprender proyectos, que incluso muchos de ellos están mejor planeados que en un inicio. Existe una sensación palpable de entusiasmo y optimismo a medida que los agentes de cambios trabajan para volver a encarrilar sus vidas para perseguir objetivos personales y profesionales.

De hecho, a principios de este año, el 79% de los encuestados en el estudio de Make Reality del Project Management Institute dijo que el 2021 iba a ser un año de recuperación y muchas personas han cumplido sus promesas. Varios se han mudado de país o de ciudad para comenzar con una nueva perspectiva, otros han querido darle un cambio radical a su carrera, otros han emprendido ese negocio que siempre quisieron o tomaron el curso que por falta de tiempo no habían podido.

Las personas están dispuestas a hacer algo diferente y aunque no todos están listos para emprender nuevos proyectos -muchos experimentan agotamiento y exceso de trabajo-, todavía existe un fuerte sentimiento por cambiar y hacer una nueva y mejor realidad.

Convertir las ideas en realidad no es fácil. Si bien los sueños y las metas son términos que suelen emplearse de la misma manera, existen varias diferencias. Soñar puede ser divertido y emocionante, pero sin los pasos claves para llevarlo a cabo solo se convierten en una simple posibilidad. En cambio, las metas conllevan plan y acción.

La dirección de proyectos es la aplicación sistemática de conocimientos, técnicas y habilidades para ejecutar actividades de una manera eficiente. Es un enfoque de gestión estratégica para lograr el resultado deseado bajo condiciones de tiempo, costo, calidad, alcance, recursos y más. Con esto en mente y en el mundo laboral actual, no tengo la menor duda de que la metodología y los procesos basados en proyectos son herramientas clave para convertir sueños en realidades

Mientras reflexionaba sobre cómo había logrado varias metas personales a lo largo de mi carrera, me di cuenta de que he manejado cada una de ellas como un proyecto. Hasta comprar mi primer auto o casarme fue un proyecto. ¿Cómo? Siguiendo cinco grupos de procesos.

1. Iniciación (Initiating): Los sueños son algo que creas en tu mente, mientras que las metas se basan en poner el plan en marcha. Aquí se define el proyecto y concretas tu idea estableciendo objetivos específicos. Pregúntate, ¿qué estás buscando exactamente? ¿qué recursos necesitas? ¿cuál es el resultado esperado de esta meta?

2. Planificación (Planning): Con estas actividades afinamos los objetivos y definimos el curso de acción necesario para alcanzar la meta en términos de entregables (¿qué quiero lograr de forma intermedia?), las actividades y recursos humanos y financieros que necesito para lograrlo en un calendario de fechas; así como la definición de hitos que me indiquen que voy avanzando correctamente.

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3. Ejecución (Executing): Durante esta etapa se llevan a cabo los pasos para completar el plan definido que cumple con los requisitos de tu proyecto.

4. Monitoreo y control (Monitoring and controlling): Aquí estamos continuamente monitoreando el progreso y el desempeño del proyecto, identificando a tiempo problemas y riesgos que impliquen realizar cambios al plan para continuar logrando los objetivos.

5. Cierre (Closing): ¡Cumpliste tu sueño! Pero no solo es cumplirlo y ya, es aprender del proceso, al llegar a evaluar los objetivos que te estableciste, el tiempo y los recursos que conllevaron. ¿Qué se hizo bien? y ¿qué puedes mejorar en un futuro?

Dar el salto para emprender y convertir un sueño en realidad no es fácil. Todos los buenos proyectos comienzan con una gran idea, pero convertir una idea en algo tangible y factible es algo que se trabaja día a día con objetivos claros.

La dirección de proyectos es una herramienta de vida fundamental porque nos ayuda a mantenernos enfocados y a ejercitar las habilidades impulsoras (power skills) como la comunicación, la empatía, el liderazgo colaborativo, una mentalidad innovadora y una orientación con un propósito que pueden marcar la diferencia entre el emprendimiento o el fracaso al transformar nuestros sueños a una realidad.

Nota del editor: Ricardo Triana es Managing Director de PMI en América Latina. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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