Así, hoy, los sabores de la vida cuestan mucho. Por ejemplo, según el Inegi, durante el periodo de enero a noviembre de 2021 el precio del tomate verde se incrementó 148%, los chiles 137.2, el aguacate 45.8, la cebolla 44.5, el jitomate 35.8, las tortillas 16.3 y la carne de res 11.2%. Por ello los tacos ya no se disfrutan como antes.
La inflación se ha venido a instalar en la economía familiar, sus efectos seguirán impactando hasta el cierre del año y se pronostica que se sostendrá durante el primer trimestre de 2022, cuando se espera que la pandemia permita una recuperación económica más sostenida.
Contexto:
“Las inflaciones implican algún desbalance entre la oferta y la demanda, y entonces el precio se tiene que ajustar para llegar a un equilibrio. Actualmente, las presiones inflacionarias están ocurriendo en todo el mundo”, explica Sergio Luna, economista de la UNAM. “Lo que estamos viendo es un problema de que la oferta no se ha recuperado tan rápido como la demanda. La recuperación de la oferta va a un ritmo de 10 kilómetros por hora y la demanda va a 20. Por eso los precios están subiendo”.
Hay otra explicación del origen de las inflaciones. Jeffrey Sachs, economista y uno de los expertos más reconocidos en desarrollo sostenible, en algún momento lo dijo así:
Estamos en un estadio de futbol. De repente, todos los que están en las filas de adelante se empiezan a parar, lo que obliga a los de atrás a pararse también y así el resto. Al final, todos terminamos parados en el estadio, cuando pudimos estar cómodamente sentados. Eso es la inflación. Si alguien empieza a incrementar los precios argumentando algún factor que lo obliga a aumentarlos, el efecto dominó ocurrirá y entonces todos terminaremos con niveles de inflación más altos.
Lo que hoy vivimos trae consigo muchas historias: cómo controlar la subida de precios, de qué forma mitigar la inflación importada de Estados Unidos, qué estrategia seguirá el Banco de México y cómo atajará la contaminación de expectativas… Pero, aquí, nos detenemos en un enfoque: ¿Qué debemos hacer los mortales para contrarrestar el latigazo inflacionario en nuestros bolsillos?
Registra tus gastos. Eso, de entrada, te permitirá saber hacia dónde se va tu dinero y qué gasto puedes reducir o eliminar. Distribuir tu dinero te permitiría un mejor aprovechamiento de éste. “Hacer una planeación es ubicar dónde será más útil el dinero”, dice Juan Luis Ordaz, director de Educación Financiera de Citibanamex.
Ante una inflación permanente, el dinero que se tiene en cash pierde poder adquisitivo. Si tienes el dinero en el colchón, con el tiempo tu dinero valdrá menos; en unos meses comprarías menos de lo que podrías comprar hoy.