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2021, un año para no olvidar, ¿y 2022?

La cuarta revolución industrial será una realidad, fundada en infraestructura de las Tecnologías de Información y Comunicaciones e impulsada por la Inteligencia Artificial, opina César Funes.
sáb 11 diciembre 2021 12:07 AM
Pandemia mostró las desigualdades de conectividad en México
Especialistas señalan que el confinamiento demostró no todas las personas estánn conectadas de la misma manera.

(Expansión) - Iniciamos el año con una virtualidad, casi normal, con más de nueve meses “navegando” por las olas de la pandemia. Muchos hemos sufrido serios impactos en nuestras actividades, laborales, académicas de negocios o hasta sociales, pero nada como aquellos que vieron a un ser querido partir o fueron infectados.

No obstante, desde una perspectiva optimista, también atestiguamos una clara aceleración en el proceso de transformación digital de la sociedad, más gente conectada y tratando de sacar el mejor provecho posible a su dispositivo inteligente.

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En muchos casos, pasando por el proceso de aprender a desaprender, el aislamiento nos obligó a innovar, a tratar de disminuir el impacto en nuestra vida cotidiana y a hacer las cosas de otra manera; los ejemplos son muchos: estudiar en casa, trabajo remoto, herramientas de colaboración, diagnóstico y tratamiento de padecimientos a distancia e inclusive entretenimiento, por mencionar algunos.

Este año hizo más común el comercio electrónico, los servicios en la nube, más y más aplicaciones disponibles en diversas plataformas; mientras que algunos términos que típicamente se consideraban de nicho también se empezaron a popularizar, el Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial, Blockchain, Big Data, etc.

Esto no habría sido posible sin la disponibilidad de redes confiables y dispositivos asequibles para la gran mayoría de la población; sin embargo todavía hay un largo trecho que recorrer. Si bien, de acuerdo al Índice Global de Conectividad , México tiene una buena penetración en redes de 4G y servicios de banda ancha por fibra óptica, está por debajo de Argentina Brasil, Chile, Uruguay.

Asimismo, sin considerarlo una carrera de velocidad, estoy convencido de los beneficios que la 5G tiene para los individuos, al incrementar de forma significativa la experiencia y para las industrias, mejorando la productividad y generando nuevos modelos de negocio, hasta ahora solo vistos en papel (o en una presentación); este posiblemente sea el año que vio nacer a la quinta generación de redes móviles en el país, una plataforma habilitadora de la transformación digital de México.

Un reto adicional en 5G es la generación de demanda, que tiene que ser resuelta con base en la colaboración de todos los jugadores del ecosistema digital: autoridades, operadores, industrias verticales, academia y proveedores, sin limitación alguna y con base en estándares de seguridad y transparencia de clase mundial. Además de la imperativa necesidad de incentivar las inversiones a través de políticas públicas innovadoras, sin duda el gobierno puede ser un referente al ofrecer más servicios públicos de forma digital.

Cada día escuchamos y vemos más aplicaciones de ciudades inteligentes, mejorando la seguridad pública, acortando el tiempo en diversos trámites, disminuyendo costos de operación u ofreciendo inclusive una visa de trabajador nómada digital, como en el caso de Estonia .

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Hacia adelante, la cuarta revolución industrial será una realidad –fundada en infraestructura de las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC) e impulsada por la Inteligencia Artificial (IA)– llevándonos a un mundo inteligente donde todas las cosas estarán se estarán “sintiendo”, todas las cosas estarán conectadas y todas las cosas serán inteligentes.

Esperamos una explosión de dispositivos inteligentes que podría duplicar o triplicar a la población mundial, generando una cantidad de datos que eliminará casi cualquier barrera geográfica o de lenguaje, por lo menos.

La globalización presenta múltiples retos, al mismo tiempo que ha demostrado también beneficios de reducción de precios al consumidor final, así como mayor disponibilidad de servicios, inclusive una mejor distribución de recursos y medios de producción, lo cual se acentuó con el cierre de fronteras impactando significativamente en el producto interno bruto mundial y que será con base en la inversión de infraestructura digital como podremos salir adelante más rápido.

No hay que olvidar las profundas desigualdades entre países, pero también entre estados, comunidades y casi hasta de manera individual, por lo que establecer estrategias de cierre de brechas, en este caso de la brecha digital, es imperativo. En este sentido, es importante contar con programas de “alfabetización” digital en general, pero en particular para aquellos menos favorecidos, para cualquier grupo que hasta ahora haya sido ignorado. La intención es no dejar a nadie atrás.

Nota del editor: César Funes Vicepresidente de Relaciones Institucionales de Huawei Latinoamérica. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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